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Cónsul de Guatemala en L.A. se va sin remordimientos

El mismo día que salió del poder Otto Pérez Molina, el presidente guatemalteco implicado en el caso de corrupción conocido como ‘La Línea, el cónsul en Los Ángeles Francisco Cuevas ofreció su renuncia al canciller de ese país.

La renuncia, presentada el 3 de septiembre, finalmente fue aceptada por el presidente Alejandro Maldonado y el exreportero de televisión llegará en su función hasta el 30 de octubre, lo que le permitirá completar 250 días en su cargo de cónsul.

“Me voy contento porque tuve una experiencia nueva”, indicó a HOY Cuevas, de 51 años, quien llegó a L.A. el 23 de febrero pasado nombrado por Pérez Molina en sustitución del ahora embajador en Venezuela, Pablo García Saénz.

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En su cargo, destacó el cónsul que le dio prioridad a la asistencia consular, visitando prisiones y explicando a sus connacionales sus derechos. Cita que en septiembre únicamente hubo 43 deportados, porque muchos decidieron pelear sus casos.

Al mismo tiempo, se redujeron las largas filas para los trámites de pasaportes y tarjetas consulares, enfatizando que se incrementó la entrega. En el 2014, se emitieron 25,577 pasaportes y, en el 2015, hasta la fecha ya llevan más de 31,000.

“Se dijo que no tenía experiencia, pero los resultados están ahí”, argumentó en su defensa. “La experiencia más importante aquí fue el trabajo humanitario, uno quisiera hacer más, pero se requiere más personal”.

Durante 35 años, Cuevas trabajó como reportero en su natal Guatemala. Al saltar a la política, se desempeñó como viceministro de gobernación y secretario de comunicaciones, previo a su nombramiento de cónsul.

A su llegada al Sur de California, activistas locales cuestionaron sus antecedentes, por señalamientos sobre malos manejos de fondos en su cargo anterior; al mismo tiempo, reprocharon que su principal credencial para el cargo fuera su amistad con el depuesto mandatario.

Rosa Posada, directora de la Unión de Guatemaltecos Emigrantes (UGE), al saber de la salida de Cuevas considera que es una victoria para sus connacionales, y pide que se nombre en ese cargo a un funcionario diplomático de carrera.

“Tiene la cola machucada, no es justo que por ser compadre de Pérez Molina lo mandaran con honores. La salida del actual cónsul significa que se está devolviendo el respeto que merece nuestra comunidad”, indicó la activista.

‘Paco’ Cuevas, como lo llaman sus allegados, encontró aliados en la Coordinadora de Organizaciones Guatemaltecas en Los Ángeles (Cogla), la que aglutina a una veitena de entidades locales.

A juicio de Aroldo Ramírez, vicepresidente de la Coordinadora, en la actual gestión faltó la proyección consular a nivel del gobierno y autoridades locales; sin embargo, resaltó que se avanzó en el trabajo comunitario.

“El cambio era de esperar, se trata de un puesto político”, aseguró Ramírez, “pero no podemos negar que el cónsul Cuevas hizo un buen trabajo de campo, en la protección consular rescató a varios compatriotas de la deportación”.

Hasta el momento, el cónsul tiene previsto regresar a la capital guatemalteca. Sin embargo, antes de dejar el cargo presentará el libro ‘Malacara, la historia de Carlitos’, en el que aborda el problema de las pandillas en Centro América.

En el corto plazo, agregó el funcionario, publicará un segundo libro relacionado al lado oscuro del poder. “Antes no tenía tiempo, ahora me voy a dedicar a escribir”, advirtió Cuevas.

A pesar de la resistencia a su nombramiento, el exreportero no guarda rencor a nadie, porque consideró que los cuestionamientos tenían un trasfondo político y entendió que por eso no iba a detener de cumplir su labor.

¿Qué le dice a sus detractores? Se le preguntó.

“Siempre he dicho que Dios les dé bendiciones a los que hablan mal de uno. No podemos detener nuestro empeño por atender lo que dicen, porque el tiempo al final se encarga de hacer justicia”, concluyó.

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