La drogadicción es buen negocio, servicios gratuitos para adolescentes adictos son escasos
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Embriagarse no es un problema para Juan Díaz (J.D), pero para sus seres queridos es una preocupación grave porque el adolescente va a cumplir 18 años de edad y ya lleva tres años como adicto.
Para sus padres, quienes viven en el condado de Los Ángeles, sería ideal internar a J.D. en un centro de rehabilitación privado con vista a la playa, piscina, yoga y hasta gimnasio, pero tendrían que pagar de 30 a 60 mil dólares al mes por sus tratamientos de hasta seis meses, o sea todo un año de salario.
Este es el costo promedio de alrededor de 300 hogares residenciales privados en todo el estado de California. Sin embargo, los jóvenes de bajos recursos que viven en el condado de Los Ángeles, tienen limitadas sus opciones ya que apenas unas seis organizaciones sin fines de lucro que pueden acogerlos con algún tipo de seguro o sin nada.
La cifra desproporcionada demuestra la necesidad de más hogares de desintoxicación asequibles para los adolescentes que en la actualidad llegan en cientos a los hospitales de emergencia por la sobredosis de substancias ilícitas, según expertos.
Los padres piden ayuda
“Nos gustaría tener más opciones al momento de referir a las familias, pero cuando no hay más que los que puedes contar con las manos, existe un problema grave”, dijo Margie Guzmán, directora regional de la organización sin fines de lucro El Nido Family Centers, en la región del Valle de San Fernando.
El Nido ofrece clases de consejería para padres así como programas de prevención para los jóvenes en riesgo de caer en las pandillas. No obstante la organización recibe muchas familias con el problema de la drogadicción entre adolescentes.
“Desafortunadamente los servicios residenciales para adolescentes con problemas de alcohol y drogadicción son escasos en el condado, pero sumamente necesarios para recibir auxilio”, dijo la experta.
De acuerdo a Guzmán, cada que los representantes de El Nido ven casos donde los adolescentes requieren de intervención residencial, este cuenta con máximo unos seis centros sin fines de lucro de referencia para los que desean permanecer dentro de la región; Tarzana Treatment Centers, Pacific Lodge Youth Services y Phoenix House. Otros centros son Aguila Recovery Home, Dream Center and New Way Foundation.
Para Spiritt, una organización sin fines de lucro que ayuda a los jóvenes en riesgo y a las familias disfuncionales del condado, la escases de hogares es latente.
“Sin la intersección temprana los jóvenes terminan en los hospitales, desertan la escuela, se involucran en accidentes viales, peleas, comportamientos criminales y hasta lo peor, caen en el sistema de justicia juvenil”, dijo Dolores Ruiz, gerente de programas de prevención en Spiritt,
En lo que en lo que va del año, el Sheriff del Condado de Los Ángeles ha arrestado a un total de 260 jóvenes menores de 18 años específicamente por posesión de droga, muchos de los cueles terminan siendo forzados a los centros de rehabilitación.
“Pero cuando ponemos todo en la balanza, vemos que hay una gran desproporción entre la necesidad y el servicio”, dijo Ruiz.
Una recepcionista de un centro de rehabilitación de lujo en Los Ángeles, que no quiso dar su nombre a esta publicación, corroboró la palabras de Ruiz al revelar que la desintoxicación médica por un día está por arriba de los 1,700 dólares entre los hogares privados de California.
“Si quieres un mes el promedio es de unos 20 mil así que yo remendaría un programa ambulatorio intensivo de 10 semanas en promedio de 7 mil. Desgraciadamente, la drogadicción es buen negocio para los proveedores de salud”, dijo la recepcionista.
Dentro de las salas de emergencia
En general, el número de admisiones de adultos y jóvenes en las salas de emergencia por sobre dosis de drogas y alcohol en el condado de Los Ángeles en el 2013, fue 21,116, según las cifras más recientes del Departamento de Salud Pública (LAPHD).
Las cuatro substancias primarias que representaron los mayores porcentajes de admisión fueron la marihuana (27 por ciento), el alcohol (22 por ciento), heroína (20 por ciento) y metanfetamina (19 por ciento).
Sin embargo, entre los jóvenes de 17 o menos años de edad, el 56.6% fue hospitalizado por consumir marihuana. Mientras tanto, el número de jóvenes de 18 a 25 años, que fueron hospitalizados por consumir la misma droga fue del 20.1%.
Afuera de la salas de emergencias
El problema del consumo de drogas no solamente prevalece en las salas de emergencia, sino también en las preparatorias del condado, según un estudio de LAPHD en el 2010, el más reciente en su tipo.
Las cifras arrojan que un 37.6% de jóvenes ha usado mariguana mientras un 19.3% aún la usa. Otro 9.7% ha consumido cocaína mientras un 3.6% aun la consume. Un 16.9% ha usado inhalantes, un 11% ha usado ecstacy, un 7.1% ha consumido metanfetamina y un 3.8 ha usado heroína.
¿Programas ambulatorios como mejores opciones?
En el centro sin fines de lucro Phoenix House Academy, un hogar de rehabilitación residencial en Lake View Terrace, llegan a tener meses en donde los jóvenes tienen que esperar para ingresas.
En Phoenix House no hay masajes, yoga o jacuzzi. No obstante hay terapias de recuperación, escuela para los jóvenes, grupos de apoyo y un programa de música y arte para los cerca de 500 participantes que se registran anualmente.
“Los hogares privados cuestan de 12 a 60 mil dólares; una cifra que nuestros participantes no podrían cubrir de ninguna forma”, dijo Frank Sánchez, gerente director de Phoenix House.
En Phoenix House, similar a otras organizaciones sin fines de lucro, un 10% de los jóvenes es referido por el Departamento de Niños y Servicios de Familias (DCFS), un 60% viene del sistema juvenil y un 30% son de familias individuales que buscan ayuda.
Con la escases de centros, Sánchez sostiene que la mejor forma de auxiliar a los pacientes es a través de servicios afuera de los centro, “con equipos especializados que puedan llegar a los hogares, ya que es crucial que los padres también participen en la recuperación de sus hijos y para que los costos reduzcan”.
J.D. intenta desintoxicarse
En el caso de J.D., este tuvo que caer en el sistema de justicia para ser referido en mayo a Phoenix House.
“Empecé a tomar por curiosidad a las edad de 15. Todo sin que mis padres se dieran cuenta”, dijo J.D., quien dio un nombre ficticio por estar bajo libertad condicional por un delito que cometió.
“Primero fue tomar una vez a la semana, luego se convirtió en dos días, luego tres y hasta cuatro. Había ocasiones en que ni me llegaba a quedar a la casa. Ahora llevo seis meses bajo tratamiento y me siento orgulloso de lo que he logrado”, dijo JD, quien quiere estudiar cirugía plástica.
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