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Homosexuales, lesbianas y transgenero son víctimas de discriminación múltiple

Rayito Ramos perdió su trabajo de cocinero cuando le confesó a su jefe que era homosexual e indocumentado.

En tono de burla, el dueño del restaurante, le dijo a Rayito: “Tal vez podría lidiar con el hecho de que eres mojado, pero ser ‘marica’ sobrepasa mis limites de bondad. Los homosexuales dan asco”.

Sin mucho dinero en el bolsillo, el salvadoreño, lleva tres meses en busca de un cuarto económico, pero hasta ahora siete arrendadores le han dicho que no pueden rentarle por su comportamiento afeminado e inclusive su vestuario ceñido al cuerpo.

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Rayito es el ejemplo de un reporte que revela los altos niveles de acoso y discriminación en el empleo, los servicios de salud, vivienda y educación que enfrentan los inmigrantes gay, lesbianas y transgenero (LGBT) en Estados Unidos.

En total, se estima que en la nación hay alrededor de 904 mil inmigrantes que se identifican como LGBT. De esta cifra, unos 267 mil son indocumentados, según el Williams Institute de la Universidad de California en Los Ángeles.

Discriminación en el empleo

El reporte de la organización United We Dream, que aboga por los derechos de este sector a nivel nacional, encontró que entre sus 461entrevistados de 18 a 34 años de edad, el 73 por ciento admite que sus ingresos o bien no cubren o simplemente apenas cubren sus gastos de vida. Sólo el 26.6 por ciento dice ganar lo suficiente para vivir cómodamente.

Este hallazgo no les es sorprendente a Rayito, el joven de 26 años de edad, siempre ha tenido que compartir la renta porque su salario de 9 dólares la hora no cubre una renta de 950 dólares más otros gastos.

En particular, la encuesta revela que un 10 por ciento de trabajadores LGBT han sido despedidos de un trabajo en últimos cinco años debido a su orientación sexual, y entre el 11 por ciento y el 28 por ciento ha sido denegado una promoción por la misma razón.

Para la comunidad transgenero, la experiencia es peor. Hasta un 47 por ciento de este sector reporta haber sido despedido, no contratado, o denegado una promoción por su identidad de género.

Discriminación en la educación

El reporte dado a conocer este 26 de enero y de nombre “No More Closets”, declara también que un 49.52 por ciento del sector LGBT inmigrante ha experimentado discriminación en la educación por su orientación sexual. Adicionalmente, un 37.26 por ciento ha sido discriminado por no tener documento.

Por su parte, Rayito dice haberse salido de la escuela de adultos por las burlas de sus compañeros.

“No hay nada más feo que este solo y veas a la gente hacer grupitos y criticar cómo caminas, cómo vistes y cómo hablas. Había también hombres que me decían vulgaridades mientras otros me querían hasta golpear”, dice Rayito.

Discriminación en el cuidado de salud

Rayito nunca ha pisado el doctor en este país desde que arribó de El Salvador hace siete años.

“Enfermarte es un lujo, pero para la comunidad gay es peor. Mis amistades me cuentan cómo cuando van al doctor hasta por un dolor de garganta, les preguntan si tienen parejas múltiples y si usan preservativos, como si fueran prostitutas”, dice Rayito.

“Yo si algún día voy, sin pensarlos dos veces mentiría que soy heterosexual para tener acceso y evitar la humillación”, agrega el joven.

El reporte revela que un 41 por ciento de los entrevistas admitió no contar con un seguro médico.

Rayito tampoco es el único en querer mentir para obtener acceso, un 46 por ciento de inmigrantes LGBT admite haber mentido acerca de su orientación sexual o identidad de género por miedo a no obtener los servicios. Más aún, un 36 por ciento ha mentido sobre su estatus migratorio.

Discriminación en la vivienda

Un lugar estable para construir una vida es de vital importancia para todos.

Desafortunadamente, en 29 estados, todavía es legal negar y restringir el acceso a vivienda a las personas LGBT, según el reporte.

Con esto, un 22 por ciento ha sido rechazado por ser LGBT y otro 33 por ciento ha sido discriminado por ser indocumentado.

Más aún, un 43 por ciento tiene miedo de interactuar con las autoridades locales por su orientación o identidad sexual.

Para Rayito, ninguna discriminación es nueva: “Es un infierno ser gay en un mundo tan incomprensivo, pero la vida es bella y hay que vivirla

Zenen Jaimes Pérez, autora del reporte y analista de United We Dream, sostiene ante las estadísticas que el reporte “rompe corazones”.

“Esperamos que este reporte sea el principio de mas investigación dentro de una comunidad determinada a querer vivir auténticamente a pesar de los obstáculos que enfrenta”.

Asimismo, Carlos Padilla, coordinador de United We Dream’s Queer Undocumented Immigrant Project, sostiene: “Con esta encuesta esperamos contar nuestras historias y decirle tanto a los políticos como a los jóvenes de nuestras comunidades que están luchando, que no están solos y que juntos podemos compartir lucha y poder dentro del cambio que necesitamos”.

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