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Después de 10 meses de ataques, México decide dar la cara por los mexicanos en EE.UU.

Un promedio de 67.8 millones de dólares diarios enviaron en el 2015 los mexicanos desde Estados Unidos. El año pasado las remesas fueron superior en 1,300 millones a las exportaciones de petróleo, hecho que ocurre por primera vez desde 1995, cuando comenzó a llevarse este registro.

Al conocerse que Donald Trump está dispuesto a bloquear las remesas de esta población, que el año anterior ascendieron a un monto de 24,771 millones, esta vez la respuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto fue informar que cambiará al embajador en Washington para defender sus intereses.

“En el contexto de una campaña electoral advertimos que hay [en] un segmento de la población norteamericana un sentimiento en muchos casos antimexicano”, afirmó la canciller Claudia Ruiz Massieu en una radio local al anunciar la llegada de Carlos Sada en sustitución de Miguel Basáñez.

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Este cambio es visto en diferentes sectores como una medida que debió haberse tomado con anterioridad, debido a la falta de defensa de la comunidad mexicana ante las constantes agresiones, una tras otra, desde que el magnate lanzara su pre-candidatura en el partido republicano.

“La respuesta del gobierno mexicano ha sido muy débil a los ataques que hemos estado enfrentando, ha sido muy tibio y pasivo”, valoró Ángela Sanbrano, directora de la Red de Líderes de Organizaciones Migrantes, asegurando que espera un giro sustancial en la política exterior.

En junio de 2015, cuando Trump anunció que competiría por la nominación de su partido dijo en su discurso que “cuando México envía su gente, no envía a los mejores”, sino que son inmigrantes que “traen drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas”.

En ese momento, su discurso nacionalista fue cuestionado por los defensores de los inmigrantes; sin embargo, el gobierno azteca se mantuvo en silencio. En la medida que la campaña fue avanzando, han salido al paso de los mensajes racistas los expresidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.

A criterio de Octavio Pescador, investigador fundador del Instituto Paulo Freire de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), el cambio en el gobierno obedece a la viabilidad que la candidatura de Trump ha tomado y el peligro que representa en las relaciones entre ambas naciones.

“No le conviene [al nuevo embajador] caer en el juego de Trump, a su llegada no se va a comenzar a pelear; si va a realizar cabildeo por la causa de México, va a reunirse con los actores estratégicos en el Congreso y en el sector financiero”, destacó el experto en Políticas Públicas.

“Esta es una respuesta antes de que la agenda xenófoba se convierta en la plataforma de gobierno, ya que si el patrón continua como hasta ahora existe la posibilidad de que se convierta en el candidato presidencial”, agregó Pescador.

Las empresas estadounidenses exportan anualmente alrededor de 180 mil millones de dólares hacia el territorio mexicano, es decir que este país es el segundo destino de los productos del ‘Tío Sam’, después de Canadá en donde se reciben alrededor de 230 mil millones.

En ese sentido, la nación azteca es el primer lugar a donde llegan las exportaciones de California, Arizona y Texas; además, casi 6 millones de trabajos están vinculados al intercambio comercial con México, en donde hay empresas estadounidenses de los sectores automotriz y electrónicos, entre otras.

“Si llega Donald Trump a la presidencia no sería un peligro solo para México, sino también para Estados Unidos, por eso se le está tomando en serio”, indicó a HOY Jorge López Arévalo, economista y profesor de la Universidad Autónoma de Chiapas.

El periodista Rubén Luengas, por su parte, considera que estos intercambios, originados a partir de los Tratados de Libre Comercio (TLC), únicamente han favorecido al gran capital y, por lo tanto, asegura que el territorio mexicano se ha convertido en una empresa de la Unión Americana.

“Lo que está en juego es saber si Trump podría desconocer los acuerdos entre México y Estados Unidos, aunque ya todo fue entregado incluyendo el petróleo, por esa razón hace falta una voz contundente que diga que se ha seguido todo lo que Estados Unidos ha indicado”, aseguró.

“México ha sido una especie de franquicia”, agregó Luengas cuestionando que haya sido el presidente venezolano Nicolás Maduro el primero que reaccionara a los ataques de Trump. “Ha habido tardanza, no han dado una reacción digna”, señaló.

El académico Basáñez fue ratificado por el Senado mexicano como embajador en septiembre de 2015; entretanto, Sada, el actual cónsul general en Los Ángeles deberá recibir la aprobación de dicha cámara legislativa y contar el aval del gobierno estadounidense para asumir su nuevo rol.

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