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En California, las autoridades se preguntan cómo mantener el interés de los nuevos votantes registrados

Los funcionarios electorales de California están a la espera de una respuesta: ¿los cientos de miles de californianos que recientemente se registraron para votar, se presentarán realmente en las primarias del 7 de junio?

Y también contemplan una segunda duda: ¿En caso de que así sea, cómo mantenerlos activos?

El bajo número de votantes es una tradición ya en este estado, surgida de factores socioeconómicos y de una predominante realidad política. California tiene una población relativamente joven y heterogénea, y excesivamente móvil, dos de los factores que se relacionan con esta participación escasa. Es también tan fuertemente demócrata que la gente tiene menos incentivos para votar.

El problema es cierto en contiendas presidenciales, y aún más en otras carreras, como las de gobernador y de otros funcionarios estatales. La participación es aún menor en las primarias y en elecciones locales.

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Pero este año, el destino ha tropezado con una solución: por un lado, proponer a un magnate inmobiliario neoyorquino y estrella de TV, quien engendra tanto apoyo como aversión generalizada. Por el otro, agregar a un socialista contra el orden demócrata preestablecido, quien además aparece regularmente -a través de su doble, Larry David-, en “Saturday Night Live”. A esto hay que añadir a una mujer que pretende convertirse en la primera de su género en gobernar el país. Con todo ello, en California se encontrarán las semillas de esta participación más fuerte de lo que se ha visto en los últimos largos años.

Lo que ocurrirá después del 7 de junio es una gran pregunta, y desearía que todos supiéramos la respuesta: ¿Ese aumento en el registro se traducirá en la votación? .- Dean Logan, jefe del registro público del condado de Los Ángeles.

El registro más reciente fue la elección presidencial de 2008, que atrajo a más del 79% de los votantes de California a las urnas para una aplastante victoria de Barack Obama.

El problema fue que estos números no se mantuvieron. Menos del 72% de los votantes registrados se presentaron en las elecciones presidenciales de 2012. En 2010, en las elecciones para gobernador -dos años después del primer triunfo de Obama- se presentó un 59.6%, no muy diferente del 56% que había votado para gobernador en 2006.

Por todo ello, considerar quien se registra y quien vota efectivamente, es una cuestión importante.

Un informe del Instituto de Políticas Públicas de California (PPIC, por sus siglas en inglés) efectuado antes de la reciente oleada de registros encontró grandes diferencias entre los votantes que participan habitualmente en las elecciones, aquellos que no están siquiera registrados y todos los californianos.

Para citar una medida, entre la generalidad de californianos, el 52% prefiere la prioridad de pagar la deuda del estado versus un 44% que prefiere restaurar el dinero destinado a los programas sociales que cesaron en los años más complejos de la recesión. Los ‘votantes probables’ se inclinaron más por pagar la deuda (59% a 38%), pero los no votantes prefirieron los planes sociales (50% a 44%). El mismo grupo también fue menos propenso a pensar que el presupuesto estatal es un problema, y más inclinados a apoyar los bonos para construcción de escuelas. También se mostraron más a favor de que el gobierno intervenga para “reducir la brecha entre ricos y pobres”, y mucho más propensos a apoyar la cobertura sanitaria para los inmigrantes indocumentados.

Las diferencias se deben a que los dos grupos provienen de esferas opuestas de los residentes del estado, según halló la encuesta de PPIC.

Entre todos los adultos de California, el 49% son mayores de 45 años; casi la mitad de ellos son propietarios y el 29% graduados de carreras universitarias o terciarias. Los votantes probables son mayores y más propensos a tener una casa (68% en cada categoría) y el 43% de ellos se ha graduado. Pero los no votantes son más jóvenes (67% menores de 45), predominantemente inquilinos y sólo el 17% se ha graduado de la universidad.

La afluencia de los nuevos votantes este año encaja con los esfuerzos en curso por parte de funcionarios electorales para rehacer la experiencia de votación para que, aquellos registrados, efectivamente se presenten.

Las autoridades del estado ya han simplificado el sistema de inscripción al incluir la posibilidad de registrarse cuando los residentes renuevan su licencia de conducir o sacan una tarjeta de identidad estatal. En un reciente seminario de PPIC, Alex Padilla, secretario de estado, habló con optimismo acerca de un cambio aún mayor que modificará la forma en que la gente vota.

Esto involucraría reemplazar el actual sistema de votación, ya sea por correo o en el día de la elección en un recinto cerca de casa, por un sistema mediante el correo, en centros de todo el condado o por mediante un sistema de voto desde el automóvil. Muchos de estos cambios ya operan, por ejemplo, en Colorado.

“Si uno trabaja para vivir -y esto es Los Ángeles, donde hay un tránsito muy intenso- puede ser duro para alguien llegar al lugar designado”, afirmó Padilla, al hablar del sistema actual. “Imaginemos adoptar una tecnología que dé acceso a cada centro de votación de toda la lista de votantes, donde ellos tendrán la opción de ir al más conveniente para poder elegir a su candidato”.

Colorado ahora ocupa el tercer lugar en el país en cuanto a participación; California, en tanto, se ubica en el puesto 43.

Dean Logan, funcionario del registro público del condado de Los Ángeles, concuerda con algo que él define como “llevar la elección a la gente”, para que el proceso vaya donde ellos estén y no viceversa.

Las campañas han encontrado que el contacto persona a persona da mejores resultados en cuanto a participación. Pero eso es difícil de practicar en un estado tan grande. Lo que puede aproximarse a esa escala, señaló Logan, es hacer que el proceso de registro y la votación sean más sencillos de lo que son. Pero mucho depende, también, de cómo los electores se sientan este año acerca de su recién adquirido ‘derecho al voto’.

“Lo que ocurrirá después del 7 de junio es una gran pregunta, y desearía que todos supiéramos la respuesta”, dijo Logan en una entrevista. “¿Este aumento en el registro se traducirá en la votación? Esperemos que sí”.

“Desde nuestra perspectiva, donde podemos tener algún impacto -si es que tenemos alguno- es en hacer que esta gente salga con un sentido de significado por lo que han hecho, por su voto. ¿Pudieron emitir su voto y contarlo como lo que deseaban?”.

El senador Bernie Sanders intenta armar con sus votantes un movimiento duradero, pero a menudo estos esfuerzos fracasan. Los demócratas ya están preocupados acerca de cuántos de sus seguidores apoyarían a Hillary Clinton, quien tiene más probabilidades de ser la candidata. Si estas personas sienten que a su preferido le fue negada la nominación, como piensan muchos ya ahora, las chances de que voten en una futura elección parecen pequeñas.

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