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La inmigración no contribuye al crimen: 10 ‘Bad hombres’ que resultaron ser indocumentados

Nuevos estudios comprueban que la inmigración no contribuye al aumento del crimen en la nación.

La investigación reciente, sobre el crimen migratorio en los últimos 20 años, ha corroborado no encontrar respaldo para la conexión entre la inmigración y el crimen.

Aunque siempre hay excepciones individuales, los estudios de Robert Adelman, de la Universidad de Buffalo y Lesley Reid, de la Universidad de Alabama, demuestran que los inmigrantes cometen menos crímenes, en promedio, que los nacidos en Estados Unidos.

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“Además, las grandes ciudades con poblaciones inmigrantes sustanciales tienen menores índices de delincuencia, en promedio, que aquellos con una población inmigrante mínima”, arroja el hallazgo.

A Trump no le importa

Los estudios llegan tras la promesa del presidente Donald Trump de frenar la entrada de indocumentados que traen consigo el “crimen, “las drogas” y “las pandillas” con redadas masivas, el plan de un muro y la restricción a Estados Unidos de inmigrantes de otros siete países.

El presidente también ha firmado una orden ejecutiva que pide a la Secretaria de Seguridad Nacional publicar un lista semanal de los crimines cometidos por indocumentados, incluyendo las personas que sobrepasan o violan los términos de estadía de sus visas.

La orden asimismo pide el establecimiento de una Oficina para las Víctimas de Crímenes Cometidos por extranjeros removibles, para, entre otras cosas, estudiar “los efectos de la victimización por los extranjeros criminales presentes en Estados Unidos.

La comunidad inmigrante admite que por un puñado, de “bad hombres”, como los apoda Trump, este sector de alrededor de 11 millones en toda la nación, se ve duramente afectado.

“En el último año y este, nuestra reputación ha quedado manchada porque hemos sido tachados como lo peor. Sin embargo, sabemos que dentro de la comunidad tenemos miles de negocios exitosos, millones de trabajadores honrados en la política, la educación, la salud y otros rubros”, dice Angel Barajas, activista inmigrante.

“Es cierto, hay un puñado de criminales que coinciden ser indocumentados, pero nadie puede decir que el sinónimo de delincuente, pandillero o distribuidor de droga es igual a inmigrante con o sin documentos”, sostiene Barajas.

Se viven realidades alternativas

Ángela Sanbrano, directora ejecutiva de RedMex, recalca que en estos tiempos donde los prejuicios y lo que dicen los políticos en el poder, se toma como un hecho, el sector inmigrante debe mostrar una y otra vez que existe unión y respeto a las leyes de la nación.

“Sabemos que los inmigrantes venimos a trabajar y contribuir para mejorar la situación de nuestras familias aquí y en nuestro país de origen, que tenemos hasta dos trabajos para sostener a la familias, y los menos que pensamos es cometer crímenes”, dice Sanbrano.

“Los estudios no son una sorpresa. Ser indocumentado no es un crimen porque no le estamos haciendo nada malo a nadie. Entendemos que Trump ha creado una realidad alternativa utilizando la criminalización de la comunidad para implementar y justificar políticas crueles e inhumanas”, agrega Sanbrano.

Otro estudio de las universidades de California, Irvine y Graham Ousey corrobora que durante la última década, estos planteles se han enfocado a estudiar el impacto de la inmigración sobre el crimen en ciertas áreas.

Los resultados son los mismos: “Un hallazgo sigue siendo claro: las ciudades y barrios con mayor concentración de inmigrantes tienen menores índices de delincuencia y violencia, o son iguales a otros barrios”, afirma la presentación.

Para los activistas, es importante que en este clima anti inmigrante la comunidad se una y se eduque al mismo tiempo que advierte que de no obedecer las leyes, la gente tendrá que pagar por su crimen de resultar culpable sin importar su estado legal.

Los ‘bad hombres’ que resultaron ser indocumentados

1. Aroldo Castillo-Serrano- El extranjero guatemalteco fue sentenciado a 15 años de prisión en Ohio por conspiración de trabajos forzados, manipulación de testigos y por alentar la entrada ilegal al país en el 2016.

2. Mauricio Morales-Caceres- Proveniente de El Salvador, el inmigrante fue sentenciado en el condado de Montgomery, Maryland a cadena perpetua sin libertad condicional por la muerte a puñaladas de otro salvadoreño en el 2014. Morales se identificó como un miembro de la pandilla MS-13, y su testimonio de julio 2016 indicó que no tenía remordimiento por su crimen

3. Walter Gomes DaSilva- El Brasileño de ahora 46 años de edad, se declaró culpable en el 2016 del asesinato de su hija adolescente en Massachusetts. En el 2002 ya había sido condenado por intentar matar a su esposa.

4. Alexis De La Rosa Sosa- El inmigrante indocumentado de México fue sentenciado en Texas a cuatro términos simultáneos de 12 años en prisión por la muerte de dos personas tras atropellarlas con su vehículo mientras conducía imprudentemente y luego huir de la escena de la crimen en abril del 2016.

5. Oliver Mauricio Funes Machada- El inmigrante indocumentado de 18 años de edad y oriundo de Honduras, fue arrestado el pasado lunes en North Carolina luego de haber alertado a las autoridades de cortarle la cabeza a su madre de 35 años de edad.

6. Reinol Vergara y Edson Benítez- Ambos indocumentado fueron condenados a prisión por 37 años cada uno en asesinato de un anciano de 90 años en Minnesota para robarle.

7. Yanira del Carmen Guerrero Andrade- La inmigrante de El Salvador admitió ser culpable de traficar menores de edad para trabajar en la industria del sexo en febrero del 2013.

8. Camilo Torres-Martinez- El colombiano se declaró culpable en el 2013 y fue condenado en Florida por conspiración para traficar cocaína a Estados Unidos.

9. Renato de la Cruz- De Republica Dominicana, fue condenado en el 2014 por robo de dinero público, uso de un número de Seguro Social falsamente obtenido y robo de identidad.

10. Alexis Estevez-Alvarez- Originario de Cuba, fue sentenciado en el 2013 a 11 años de prisión en Texas por posesión e intensión de distribuir marihuana.

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