Atropellados y abandonados: Agudiza la epidemia de conductores que prefieren huir de los accidentes enfrentando penalidades severas
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Con el sueño de ingresar a la universidad y poder pagar sus clases, Jacqueline Hernández fue a buscar empleo en el Distrito de la moda en el centro de Los Ángeles. Sin embargo, ese día se encontró con la muerte a pesar de que aún no le tocaba, dicen sus padres.
Y es que la joven de 23 años fue atropellada tras resbalar a mitad de la calle 12, cerca de la calle Paloma. El conductor se detuvo por unos instantes para verla, pero en lugar de llamar a una ambulancia, regresó corriendo a su BMW oscuro y huyó del sitio del accidente.
Ese 7 de noviembre del 2016, justo a eso de las 6 de la tarde, Jacqueline se convirtió en una víctima más de la epidemia de atropellamientos peatonales que ocurren anualmente en California y en los que miles de conductores deciden huir del lugar sin pedir ni prestar ayuda.
Mientras las autoridades trabajan para implementar proyectos de ley tanto estatales como locales, la familia de Jacqueline le pide al conductor que se entregue a las autoridades y le recuerda a la comunidad que hay una recompensa de 50 mil dólares para dar con el paradero del culpable.
“Jacqueline era la luz de la familia, siempre defendiendo al más vulnerable; una joven llena de felicidad y sueños que alguien pudo haber salvado si tan sólo hubiera hecho una llamada”, dice Rubén Hernández, padre de la joven.
Estadísticas alarmantes
En California, cerca de un 11 por ciento de todos los accidentes involucran a conductores que huyen después del accidente, afirma la Asociación Americana de Automóviles.
A nivel local, datos del 2016 del Departamento del Sheriff de Los Ángeles (LASD), reportaron 6,350 incidentes en donde los conductores atropellaron y huyeron. De estos, 557 resultaron en lesiones y seis en muertes. En lo que va del año, se han reportado 90 incidentes y 10 personas lesionadas.
En la ciudad de Los Ángeles, este problema es más grave. Anualmente, se reportan unos 30 mil incidentes de conductores que atropellan y huyen del lugar de los hechos.
Alrededor de 200 peatones o ciclistas mueren atropellados anualmente y otros mil resultan lesionados, según estadísticas del Departamento de Policía de Los Ángeles. De acuerdo a esa agencia, en los últimos tres años hay un aumento de más del 50 por ciento en los casos de atropellamientos y fugas.
Robert Hill, sargento de servicios de tráfico para LASD, señala que aunque no hay estudios sobre la razón del aumento de este fenómeno, “se cree que hay un alto número de personas sin licencia de conducir y de personas que simplemente no cuentan con el seguro de auto… muchos de ellos tienen miedo de enfrentar la cárcel y huyen”.
El sargento agrega que “las distracciones como el uso teléfonos y los audífonos, también pueden ser uno de los motivos por los que hay más peatones y ciclistas atropellados.
Si el conductor permanece en el lugar del accidente y pide ayuda para la persona lastimada, este solamente podría obtener una infracción en lugar de cargos de homicidio y fuga, o inclusive la deportación, sostiene Hill.
Damian Kevitt, director ejecutivo de la organización de ciclistas SAFE, aseveró que Los Ángeles es la ciudad número uno donde los automovilistas huyen después de arrollar a sus víctimas.
Kevitt sostiene que entre estas víctimas hay ciclistas que también pierden la vida: “unos 900 al año mueren a causa de los incidentes y no podemos seguir permitiendo que esto suceda”, dijo Kevitt, quien en el 2013 perdió una pierna tras ser arrastrado por un auto.
¿Están ayudando los políticos?
En septiembre del 2015, el gobernador del estado, Jerry Brown, firmó la Medida AB-8, que permite la creación de un sistema de alerta similar al de la alerta Ámbar, que divulga los detalles de un vehículo que se ha dado a la fuga.
Han pasado dos años y esta alerta “a pesar de ser aprobada, no está en función bajo ninguna ciudad o agencia de ley”, dice el asambleísta Mike Gatto, autor de la medida.
“Estoy frustrado… No tengo palabras para explicar el por qué los departamentos policiales y los departamentos del sheriff no están usando esta herramienta”, dice Gatto.
El sistema de alerta es visible en las autopistas cerca de donde ocurrió el incidente. Asimismo, solo se divulga la información del sospechoso que haya ocasionado daños graves o la muerte de una persona.
Según Gatto, su oficina se ha acercado a varias dependencias de ley sin respuesta alguna.
Apenas en octubre, la Junta de Supervisores de Los Ángeles votó a favor de invertir recursos para la reducción de accidentes peatonales, pero aún esperan un estudio para conocer algunas estrategias que podrían reducir estos incidentes.
La ciudad de Los Ángeles ha hecho numerosos intentos fallidos para tratar de disminuir este problema. Uno de ellos es “Safety First Mobility Plan”, que pedía la construcción de líneas para ciclistas a lo largo de 20 años. Aún se trabaja en ese plan, según la ciudad.
En el 2015, Los Ángeles también adoptaron la política de “Vision Zero, que buscaba enfocarse en las carreteras más peligrosas en un plan de 10 años.
En febrero de este año, ocho equipos de organizaciones comunitarias recibieron 32,000 dólares para desarrollar una campaña de educación sobre seguridad vial. El esfuerzo tiene como meta cero muertes en 2025 y una reducción de 20 por ciento en las muertes a finales de este año.
Hasta el momento, solamente la ciudad de Los Ángeles tiene en pie una recompensa que va desde los 1,000 dólares a los 50 mil para todas aquellas personas que proporcionen información que conduzcan al arresto y condena de los conductores que huyen.
El programa que fue aprobado en abril del 2015 y nadie ha llamado para reportar sospechosos.
Para la familia Hernández, más allá de las leyes, existe la moral.
“Los conductores tienen la opción de detenerse… unos segundos pueden salvar la vida de una persona”, dice Sandra Hernández, madre de Jacqueline.
Se le pide a los testigos en el caso de Jacqueline llamar al (213) 833-3746, (213) 486-0751 o al (877) LAPD-247.
Lo que todo conductor debe saber
De acuerdo a la ley estatal de California, el conductor involucrado en un accidente o choque, sin importar el nivel de daño vehicular o la gravedad de una lesión, debe detenerse para intercambiar información.
Como segundo paso, el conductor debe de ofrecer ayuda a la persona herida o/y llamar a una ambulancia. Además, si hay heridos, la persona que pegó debe de reportar el accidente a las autoridades locales y permanecer en el lugar hasta que pueda dar su declaración.
No obstante, todo conductor tiene derecho a no inculparse en un accidente y pedir hablar con un abogado mientras se identifica con las autoridades.
De no acatar la ley, el conductor enfrenta cargos graves, según Chaim Magnum, abogado criminal.
“En California, huir del accidente es considerado delito menor, lo que es castigado con hasta seis meses en la cárcel y una multa de más de 1,000 dólares”, dice el abogado.
No obstante, “huir del lugar donde alguien resulta lesionado o muerto, es considerado delito mayor y puede poner al responsable en prisión”, acota Magnum.
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