Escasez de ambulancias, largos tiempos de respuesta al 911: COVID empuja al condado de L.A. al ‘borde de la catástrofe’
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Es una “situación muy grave a la que se enfrentan los hospitales”, explicó Ghaly el jueves, y “este aumento está llevando a todos los nosocomios del Condado al borde de la catástrofe”.
Sin embargo, no todos los que llegan al centro de salud tienen la suerte de volver a casa. El virus ha matado a más californianos en cada uno de los últimos dos días que cualquier otro día durante el transcurso de toda la pandemia —una paliza consecutiva que ha impulsado el número total de decesos del estado a más de 25.000.
California es la tercera entidad en alcanzar esa marca mórbida, uniéndose a Texas y Nueva York.
En los últimos tres días, más de 1.100 personas en todo el estado han fallecido a causa de COVID-19, incluido un récord de 442 el martes y 424 el miércoles, el siguiente total más alto.
Esos números representan aproximadamente el equivalente a una persona muerta a causa de la enfermedad cada tres minutos y medio.
La situación se ha vuelto tan sombría que algunos operadores de morgues y funerarias dicen que se han visto obligados a rechazar a las familias en duelo porque no tienen la capacidad para manejar más cuerpos.
En Los Ángeles, donde oficialmente se superó las 10.000 muertes totales relacionadas con el coronavirus el miércoles, los funcionarios informaron que ahora están viendo morir aproximadamente 150 personas por COVID-19 cada día —una cifra que es casi tan alta como el número promedio de individuos que fallecen diariamente, por cualquier otra causa.
Eso equivale al deceso de un angelino cada 10 minutos.
A partir de la medianoche del jueves, los servidores públicos del Condado comenzaron a publicar mensajes en Twitter describiendo a alguien que pudo haber perdido su batalla contra el COVID-19: el director que se quedó hasta tarde para ver cada obra de teatro de la escuela, una enfermera de emergencias que hizo dobles turnos durante meses, el activista local que trabajó para animar a una comunidad, un compañero de trabajo o amigo, un querido miembro de la familia.
Cada mensaje fue seguido de la misma petición: “Reduzca la propagación. Salve una vida”.
Abuela. # Cada10Minutos #CondadoDeLosÁngeles
Por favor mantenga una sana distancia. Reduzca la propagación. Salve una vida.
—LA Public Health (@lapublichealth) 31 de diciembre de 2020
“Lo más desgarrador es que, si hubiéramos hecho un mejor trabajo para reducir la transmisión del virus, muchas de estas muertes no habrían ocurrido”, señaló la directora de salud pública de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.
El condado más poblado del país también ha establecido récords consecutivos de decesos diarios por COVID-19 esta semana, con 262 reportados el miércoles y 242 el martes.
Aunque las cifras recientes se vieron influidas en parte por una acumulación de informes del fin de semana de vacaciones de Navidad, los funcionarios enfatizan que representan una realidad aleccionadora: que algunos ahora están pagando el precio más alto por las decisiones que ellos, o aquellos con quienes entraron en contacto, tomaron hace semanas.
“Tenemos la oportunidad de hacerlo bien”, comentó Ferrer el miércoles. “Así que comencemos hoy reconociendo nuestra humanidad compartida y nuestra responsabilidad de cuidarnos unos a otros”.
Si bien ha habido un optimismo cauteloso de que la peor ola de la pandemia está comenzando a estabilizarse en algunas áreas, —aunque, en particular, no en el sur de California— los recientes números récord de decesos demuestran la devastación continua causada por el coronavirus y, advierten los servidores públicos, apuntan a días aún más oscuros por delante, si el estado se ve afectado por otra oleada derivada de reuniones generalizadas y viajes por las vacaciones de invierno.
California también debe lidiar ahora con la presencia de una nueva variante del coronavirus que algunos científicos creen que es aún más contagiosa. La cepa, identificada por primera vez en Reino Unido, se detectó en un hombre de 30 años en San Diego, y no está claro qué tan ampliamente pudo haber circulado.
“Las próximas semanas serán un desafío, en particular en lo que se refiere a este aumento, además de un incremento repentino —y, yo diría que, nuevamente, un ascenso probable adicional proveniente de Navidad y, con suerte, uno que sea un poco más modesto de Año Nuevo”, señaló el gobernador Gavin Newsom.
Todos, agregó, deben ser conscientes de los peligros que plantea la pandemia.
“Por favor, no asuma, piense o crea ingenuamente que esto es algo que no le afectará porque sea más joven, o porque se trata de ‘solo personas mayores’”, señaló el miércoles.
Mientras los hospitales luchan por mantenerse al día con la avalancha de pacientes con COVID-19, el estado también ha desplegado a 1.280 de personal médico —incluido el cuerpo médico de la Guardia Nacional de California— para ayudar en las operaciones de atención médica, informaron las autoridades el jueves.
Un recurso particularmente valioso son las camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales, que son necesarias para los pacientes en las peores condiciones.
El sur de California y el Valle de San Joaquín han tenido constantemente un 0% de capacidad disponible en sus UCI durante aproximadamente dos semanas —una métrica angustiosa que no significa necesariamente que no haya camas abiertas, sino que el espacio, los recursos, y el personal se están reduciendo a un nivel precario.
La disponibilidad de la UCI había caído al 8.5% en el Área de la Bahía hasta el jueves, según los últimos datos estatales, y estaba en el 14.4% en el área metropolitana de Sacramento.
Las cuatro regiones están bajo disposiciones estatales de quedarse en casa, que tienen como objetivo reducir la transmisión del coronavirus a través de límites estrictos en los negocios y actividades.
Aunque las restricciones se han enfrentado con resistencia en algunos rincones, y la prohibición de comer al aire libre ha demostrado ser particularmente objetable, los funcionarios y expertos sostienen que están ceñidos en una verdad fundamental: que la mejor manera de frenar el virus es reducir las oportunidades para que se propague, limitando las interacciones y evitando reunirse con personas que habitan en diferentes domicilios.
Durante una conversación virtual con Newsom el miércoles, el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de Estados Unidos, explicó que es incorrecto presentar la situación como una elección entre salud pública o fortaleza económica.
“Necesitamos utilizar las medidas de salud pública como un vehículo, una puerta de entrada, una herramienta para recuperar la economía”, señaló. “No es la economía versus la salud pública. Es la salud pública lo que ayudará a recuperar la economía. Eso es lo que tenemos que darnos cuenta, y no decir: ‘No deseo hacer esto porque quiero que se reactive la economía’. Se abrirá la economía cuando baje el nivel de infección, y la única forma en que vamos a reducir el nivel de infección, antes de que la vacuna entre en funcionamiento, es por medio de las disposiciones de higiene”.
Las autoridades han instado repetidamente a los residentes a quedarse en casa y evitar la tentación de celebrar el Año Nuevo con cualquier persona con la que no vivan.
San Francisco prolongó indefinidamente sus órdenes de cuarentena de viaje y de estancia en casa por coronavirus el jueves, y los funcionarios estatales dijeron que la disposición que cubre la región de Sacramento también “probablemente se extenderá según las proyecciones tempranas de las UCI”.
En todo el estado, los servidores públicos han implorado a los residentes que no se reúnan para las vacaciones con personas fuera de sus domicilios inmediatos.
“Los pasos que hemos tomado juntos nos han funcionado bien, pero el hecho es que San Francisco se encuentra en medio de su peor aumento hasta ahora”, expuso el Dr. Grant Colfax, director de salud pública de la ciudad. “Debemos seguir tomando las medidas preventivas que sabemos que ralentizan la propagación del virus y salvan vidas”.
Si esas súplicas caen en oídos sordos, los funcionarios advierten que ello traerá más dolor y sufrimiento a una entidad que ya se tambalea por un año de pérdidas incalculables.
“Es absolutamente necesario que controlemos este aumento y será fundamental el esfuerzo de todos para lograrlo”, señaló Ghaly. “Si no lo hacemos, entonces el comienzo de 2021 será peor que el final de 2020. Y esa no es una situación que ninguno de nosotros desea”.
Maura Dolan, Soumya Karlamangla y Matthew Ormseth contribuyeron a este artículo.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí
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