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Aumentan por primera vez en meses los casos de coronavirus en California, mientras se propaga la variante Delta

Zuly Gomez, right, congratulates her son Dean, 13, after receiving his first dose of the Pfizer vaccine at El Camino College
Phitsamay Lee vacuna a Lesina Afu, de 12 años, en una clínica montada en el campus de Long Beach City College Pacific Coast, el martes.
(Christina House/Los Angeles Times)

Después de meses de descensos constantes, las infecciones por coronavirus están aumentando una vez más en California, mientras el estado lucha contra la desaceleración de las tasas de vacunación diaria y la propagación de la variante Delta, altamente infecciosa.

Si bien es demasiado pronto para decir si los repuntes son una tendencia o un bache, los expertos en salud y los funcionarios estatales expresaron su confianza en que la reapertura de actividades en California y el regreso de algo parecido a la normalidad no estaban en peligro.

“Esta es la llamada de atención para cualquier persona que no haya sido vacunada: hágalo”, afirmó el gobernador Gavin Newsom durante una sesión informativa el miércoles. “¿Qué más evidencia necesita?”.

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Existe un consenso científico generalizado de que quienes están completamente inmunizados se encuentran altamente protegidos de desarrollar un cuadro grave o de morir por cualquier cepa de coronavirus, incluida la Delta. En los condados de Los Ángeles y San Diego durante el último medio año, el 99.8% de las personas que murieron por COVID-19 no habían sido vacunadas.

Los niveles generales de casos y hospitalizaciones se mantienen en rangos históricamente bajos, y California cuenta con uno de los índices de vacunación más altos del país; EE.UU tiene una de las tasas de vacunación más rápidas del mundo. La cantidad de decesos por COVID-19 reportados diariamente en California sigue siendo una de las más bajas de los últimos 15 meses: se redujo a 18 muertes por día, por debajo del pico de 537 por jornada durante el período de siete días que finalizó el 27 de enero.

Durante los últimos siete días, en el condado de L.A., las muertes por COVID-19 se redujeron a cuatro diarias; en el Área de la Bahía de San Francisco, 1.5 al día; en el condado de Orange, 0.6 y en San Diego, 0.3 por jornada.

California promedió alrededor de 1.143 nuevos casos diarios de coronavirus durante el período de siete días que terminó el martes, un aumento del 30% desde mediados de junio. Es parte de un repunte que comenzó poco después de que el estado reabriera completamente su economía, el 15 de junio pasado. El número promedio más bajo de casos desde marzo de 2020 ocurrió durante el lapso de siete días que culminó el 24 de junio, cuando se reportaron 881 por día. Aún así, las últimas cifras son más de un 97% más bajas que el pico de la pandemia en el invierno, cuando California tenía un promedio de más de 45.000 episodios por jornada.

Las hospitalizaciones por COVID-19 también crecieron un 34% desde mediados de junio. El 12 de junio, California reportó 915 pacientes, un mínimo desde que el estado comenzó a rastrear sistemáticamente la cantidad de internos en el hospital por COVID-19. Para el martes, ese número había aumentado a 1.228 pacientes. Pero la última cifra sigue siendo un 94% más baja que durante el pico de la pandemia, cuando casi 22.000 californianos estaban hospitalizados con COVID-19.

Sobre una base per cápita, eso significa que ahora hay 3.1 internados por cada 100.000 residentes. Eso es sustancialmente más bajo que el umbral de cinco hospitalizaciones por cada 100.000 habitantes que, según algunos expertos, es un indicador de que es seguro anular el mandato de uso de mascarilla.

Desde el 1º de enero hasta el 30 de junio, menos del 0.043% de los más de 20 millones de personas completamente vacunadas en todo el estado dieron positivo en algún momento, según el Departamento de Salud Pública de California. Incluso el número de individuos que se enfermó lo suficiente como para necesitar una hospitalización fue infinitesimal, un 0.003%, o que finalmente murieron, un 0.00035%.

Aunque se desconoce cuántos de esos casos “revolucionarios” fueron obra de la variante Delta, que se cree que es dos veces más transmisible que las cepas convencionales de coronavirus, los funcionarios afirman que los datos disponibles subrayan un punto clave: las personas completamente inoculadas están extremadamente bien protegidas de la infección, y más aún de los peores impactos en la salud del COVID-19.

“Casi sin excepción, todos aquellos que están siendo hospitalizados y quienes han perdido la vida, no habían sido vacunados, punto, punto y punto”, enfatizó Newsom.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU (CDC) estiman que la variante Delta ahora comprende el 51.7% de los casos de coronavirus a nivel nacional. Pero también es importante tener en cuenta que solo hay 14.000 casos nuevos por día a nivel nacional, entre los números más bajos en los últimos 15 meses y un 95% menor que durante el pico de enero.

Delta es también la variante más identificada en California, que representa el 35.6% de los casos analizados en junio, frente al 5.6% en mayo y el 2.1% en abril, cuando se identificó por primera vez en el estado. Y en el condado de Los Ángeles, durante la semana que terminó el 19 de junio, la variante Delta representó casi el 50% de los casos de coronavirus que se analizaron; cuatro semanas antes, era menos del 5%.

De manera invariable, ocasionalmente se han planteado preguntas sobre si las vacunas son menos efectivas contra Delta, incluida una noticia que surgió en Israel, que sugiere que la efectividad de las dosis disponibles allí para proteger contra enfermedades sintomáticas se había reducido al 64%, aunque habían mantenido una eficacia del 93% para prevenir las hospitalizaciones.

Hay muchos estudios más sólidos que constantemente apuntan a una fuerte protección, y los funcionarios instaron al público a no reaccionar de manera exagerada ante una noticia. En estudios citados por el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de EE.UU, se descubrió que la vacuna Pfizer-BioNTech es 88% efectiva contra la enfermedad sintomática de la variante Delta y 96% efectiva contra la hospitalización.

Los diferentes resultados del informe israelí pueden deberse a distintas metodologías, como probar rigurosamente a las personas vacunadas para detectar una infección por coronavirus a pesar de que no presentaban síntomas, mientras que otros estudios solo podrían evaluar a sujetos visiblemente enfermos, comentó el epidemiólogo de UCLA y experto en condiciones infecciosas Dr. Robert Kim-Farley. “La conclusión, sin embargo, es que todos estos estudios siguen mostrando una muy buena eficacia contra casos graves y muerte”, enfatizó el especialista. “Las vacunas continúan haciendo lo que más necesitamos que hagan”.

Además, el informe israelí examinó solo a 300 pacientes, y los estudios pequeños pueden ser inexactos, escribió en un correo electrónico la Dra. Monica Gandhi, experta en enfermedades infecciosas de la UC San Francisco. Los estudios de Gran Bretaña, Canadá y Singapur, que revisaron los registros de muchas más personas, mostraron una efectividad de la vacuna del 80% al 90% contra cualquier infección sintomática, y del 93% al 96% contra un caso grave.

Algunos expertos creen que hay buenas razones para tener plena confianza en la eficacia de las vacunas. “Por favor, basta de vociferar sobre las variantes versus la eficacia de la vacuna”, tuiteó Deepta Bhattacharya, profesor asociado de inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona. “Siguen funcionando bien en el mundo real”.

“Seamos perfectamente claros sobre la variante Delta... Esta cepa no se está propagando como la pólvora en EE.UU, sino en regiones no vacunadas y sin inmunidad natural”, agregó Gandhi en un tuit.

Los residentes negros del condado de Los Ángeles se encuentran entre los grupos que experimentan un aumento en las tasas de hospitalización por COVID-19; es menos probable que estén inmunizados que otros grupos raciales y étnicos. “Aunque no volveremos a los aumentos repentinos que experimentamos antes, estas alzas en hospitalizaciones demuestran que todavía tenemos un camino por recorrer, hasta que podamos vacunar a un número suficiente de personas en la población para lograr la inmunidad comunitaria, o de rebaño”, enfatizó Kim-Farley.

Dada la reapertura de actividades en el estado, el 15 de junio pasado, que derogó muchas restricciones de salud relacionadas con el coronavirus, y el hecho de que millones de californianos permanecen sin vacunar, un aumento en los casos no es del todo inesperado. Muchos funcionarios y expertos consideran que sería más alarmante si California viviera una avalancha de nuevas hospitalizaciones, especialmente entre aquellos completamente vacunados.

Muchos funcionarios sostienen que el estado permanece bien protegido contra cualquier posible nuevo pico, en gran parte debido a la sólida cobertura de inoculación.

Casi el 59% de todos los residentes ya tienen al menos una dosis, y alrededor del 51% están completamente vacunados, según muestran los datos de The Times. Sin embargo, aumentar esos números al umbral que se cree necesario para lograr una inmunidad comunitaria duradera -que generalmente se estima entre el 70% y el 85%- parece que será lento, ya que ahora se administran menos de 100.000 vacunas por día en promedio en todo el estado.

La tasa reciente de casos en el condado de Los Ángeles es un 97% más baja, y la cantidad de pacientes internados con COVID-19 es 96% menor, que durante el pico de la pandemia.

Aun así, los casos semanales de coronavirus en el condado de Los Ángeles ahora se han triplicado y las hospitalizaciones por COVID-19 aumentaron en un 40% desde los mínimos recientes.

La semana pasada, el Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles recomendó que incluso las personas completamente vacunadas reanudaran el uso de mascarilla en áreas públicas interiores hasta que surgiera información más definitiva sobre la variante Delta.

“La gran incógnita es: ¿Puede infectarse, desarrollar un caso leve, seguir adelante y transmitir esa infección a otras personas?”, expresó la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, sobre la variante Delta. “Estamos buscando la respuesta a ello”.

A pesar de eso, ni los funcionarios de salud estatales ni federales han seguido el ejemplo del condado de Los Ángeles en lo que respecta a las mascarillas -en lugar de ello, han reiterado que son en gran medida innecesarias para las personas completamente vacunadas, dada la protección que brindan las dosis-.

“La buena noticia es que nuestras vacunas son muy eficaces. Los estadounidenses completamente vacunados tienen un alto grado de protección, incluso contra esta variante Delta”, agregó el martes el presidente Biden.

El mandatario añadió, “estudio, tras estudio, tras estudio han demostrado que, desde principios de mayo, prácticamente todas las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en Estados Unidos ocurrieron entre personas no vacunadas. Entonces, si está vacunado, está protegido. Pero si no se ha vacunado, no lo está; y se está poniendo a sí mismo -y lo que puede ser más importante tal vez, desde su perspectiva- a su familia y amigos en riesgo”.

Las personas que corren un mayor riesgo de contraer una infección repentina son quienes se han sometido a trasplantes de órganos sólidos o tienen un sistema inmunológico comprometido, destacó el Dr. George Rutherford, epidemiólogo de UC San Francisco.

Otros individuos completamente vacunados con mayor riesgo son quienes han tenido una exposición intensiva y sostenida a una persona enferma con COVID-19, por ejemplo, un padre que cuida a un niño infectado.

Las personas completamente vacunadas que se encuentran en lugares donde hay altos niveles de transmisión del coronavirus aún deben usar mascarilla, según los especialistas.

Existe un amplio consenso científico sobre el potencial infeccioso de la variante Delta. Algunas estimaciones iniciales de las cepas iniciales de coronavirus sugirieron que cada persona infectada, en promedio, transmitía el virus a otras 3.5, según Rutherford. Cada individuo con la variante Delta podría potencialmente transmitir el patógeno a más de seis.

En reacción al aumento de las tasas de infección, Israel volvió a imponer el 25 de junio pasado la obligatoriedad de uso de mascarilla en los espacios públicos interiores, solo 10 días después de eliminarlos.

El mismo día, los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hablando en el contexto de lugares con tasas de vacunación relativamente bajas y sitios con altas tasas de transmisión del coronavirus, afirmaron que las personas vacunadas deben seguir utilizando mascarilla.

“Seguimos viviendo en un mundo que está apenas parcialmente vacunado, que tiene mucha susceptibilidad y vulnerabilidad. Lo que decimos es: una vez que haya sido vacunado, siga optando por lo seguro, porque podría terminar como parte de una cadena de transmisión”, comentó el Dr. Bruce Aylward, asesor principal del director general de la OMS. “Es posible que, en realidad, no esté completamente protegido. A veces, las vacunas no funcionan en la gente”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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