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Acuerdo Transpacífico, papa caliente para Obama

El presidente estadounidense Barack Obama (centro) habla con líderes empresariales y agrícolas en el Departamento de Agricultura, en Washington. Obama los reunió para promover las bondades del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económicai al que llegó con otras 11 naciones, el cual todavía debe ser ratificado por el Congreso.

El presidente estadounidense Barack Obama (centro) habla con líderes empresariales y agrícolas en el Departamento de Agricultura, en Washington. Obama los reunió para promover las bondades del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económicai al que llegó con otras 11 naciones, el cual todavía debe ser ratificado por el Congreso.

(Pablo Martinez Monsivais / AP)

Las negociaciones en torno al complejo pacto tomaron cinco años. El martes, el presidente Barack Obama comenzó lo que puede ser una tarea igualmente difícil: venderle el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica al Congreso y al pueblo estadounidense.

Obama se reunió con líderes empresariales y agrícolas en el Departamento de Agricultura. La sede del encuentro pone de manifiesto la importancia que tiene para el sector agrícola este acuerdo que busca eliminar aranceles y otras barreras para aumentar las exportaciones de una variedad de productos, desde carne y pollo hasta cereales y algodón.

El mandatario subrayó que el pacto eliminaría o reduciría 18.000 tarifas entre los 12 países firmantes, incluidos México, Japón, Chile y Perú.

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“Estamos derribando barreras” y dándole al empresariado y a los trabajadores estadounidenses “acceso a nuevos mercados”, expresó Obama al finalizar la reunión a puertas cerradas.

En el encuentro con Obama y el secretario de Agricultura Tom Vilsack participaron líderes de agrupaciones que representan a las industrias cinematográfica, turística y tecnológica.

“A partir de este acuerdo, nosotros, y no sitios como China, estamos reescribiendo las reglas para la economía mundial”, señaló Obama.

Pasarán semanas antes de que se conozca el verdadero alcance del pacto anunciado el lunes, pero varias organizaciones laborales temen que pueda transferir muchas plazas de trabajo a países con menores salarios y sin tantas regulaciones laborales y ambientales. El acuerdo deberá ser ratificado por el Congreso el año que viene, lo que da a los sindicatos tiempo para hacerse sentir ante los legisladores que buscan su apoyo.

Obama tiene que esperar 90 días para estampar su firma y recién después el Congreso iniciará el trámite para someterlo a votación. Una aprobación del pacto le daría a Obama uno de los principales legados de su presidencia.

“Cuando más del 95% de nuestros clientes potenciales viven afuera de nuestras fronteras, no podemos dejar que países como China fijen las reglas de la economía global”, dijo Obama en un comunicado difundido el lunes. “Nosotros deberíamos escribir esas reglas, abrir nuevos mercados a los productos estadounidenses al tiempo que se fijan standards altos para proteger a los trabajadores y preservar el medio ambiente”.

Para lograr la aprobación, Obama necesitará apoyo de los republicanos y despejar las dudas que tienen algunos demócratas incluso. Poco después de que se anunció el acuerdo, algunos líderes sindicales dejaron en claro que la postura de los candidatos en torno al Acuerdo Panpacífico será uno de los elementos que ayudarán a decidir si esa persona debe ser apoyada o no. Si bien los sindicatos han perdido mucho peso político al mermar sus miembros, sus comités de acción política donaron más de 60 millones de dólares a las campañas políticas en las elecciones del 2012 y aproximadamente el 90% de esa suma fue a los demócratas, según el Center for Responsive Politics.

Chris Shelton, presidente de Communications Workers of America, dijo que ese sindicato “le pasará factura a aquellos miembros del Congreso que apoyen este regalo al 1%”. La expresión 1% alude a la gente más rica del país.

Tom Buffenbarger, presidente de la Asociación de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales, dijo que “esta es una propuesta muy seria y peligrosa y quienes estén dispuestos a aceptar otro pacto comercial pensando que es bueno para el país, serán blanco de nuestros esfuerzos para desbancarlos”.

Indicó que se refería a las elecciones legislativas. En la votación presidencial, su sindicato ya le dio su apoyo a Hillary Rodham Clinton. No está claro qué actitud asumirá Clinton en torno al acuerdo, pero Buffenbarger aclaró que, sea cual sea, seguirán apoyándola.

El principal rival del Clinton en la puja por la nominación demócrata, Bernie Sanders, expresó prestamente su oposición al acuerdo.

“Wall Street y las grandes corporaciones acaban de apuntarse una gran victoria. Ahora nos toca a nosotros evitar que el acuerdo llegue a ser ley”, declaró.

Legisladores demócratas que representan distritos con grandes fábricas se han mostrado escépticos respecto a las posibilidades de que el acuerdo ayude a sus votantes.

El acuerdo busca alentar el comercio entre Estados Unidos, México, Canadá, Chile, Perú, Australia, Brunei, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, reduciendo las tarifas de importación y exportación en un esfuerzo por abrir mercados.

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