Huelga de hambre contra iniciativa que prohíbe matrícula mexicana y ciudades santuario
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CAROLINA DEL NORTE/ EFE — Tres activistas de Charlotte iniciaron ayer una huelga de hambre para exigir que el gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory, vete la legislación HB 318 que prohíbe las ciudades santuario y limita los documentos que pueden ser reconocidos en el estado, incluyendo la matrícula consular mexicana.
Las tres mujeres, de origen mexicano, Jessica Contreras, Rosalba Tlalolini, y Zeny Medrano, comenzaron el ayuno después de que más de 60 manifestantes se congregaron en una vigilia frente al centro de gobierno de la ciudad, la más poblada de Carolina del Norte.
“Hago esto porque mi familia va a resultar afectada con la HB 318. Yo tengo la suerte de tener la acción diferida (DACA), pero mis papás no tendrán como identificase”, dijo Contreras, que ha sido integrante del grupo Unidos por el Sueño, afiliado a la Coalición Latinoamericana, una de las organizaciones más influyentes del estado.
Contreras, quien se hizo arrestar frente al Capitolio en Washington abogando por la reforma migratoria, contó que las tres mujeres solo beberán agua en los próximos días y que permanecerán de pie o sentadas en los bancos, existentes en la plazoleta ubicada frente al ayuntamiento, porque infringirían regulaciones municipales.
La empresaria Tlalolini, que opera una compañía que provee obreros de construcción, expresó que había tomado la decisión por apoyar a toda la comunidad y por su esposo.
“Yo tengo papeles, pero él no y me atormenta pensar que cuando sale a trabajar no lo voy a volver a ver, porque carece de una identificación que acepten las autoridades”, anotó.
La activista perteneciente al Comité de Inmigración de Charlotte había viajado también a Greenville en Carolina del Sur para protestar contra el precandidato republicano Donald Trump, quien había atacado e insultado en sus discursos a sus connacionales.
Medrano, una abuela de cuatro ciudadanos estadounidenses y madre de cuatro residentes permanentes afirma que en su caso la lucha tiene un carácter personal.
“Lógico que participo por beneficiar a toda la comunidad, pero yo soy la única de la familia que no tendría una forma de probar su identidad, si la HB 318 se vuelve ley. Lo estoy haciendo por mí”, dijo.
Lacey Williams, directora de política de la Coalición dijo que aseverar que Charlotte es una ciudad santuario es una farsa, tan como lo han afirmado en Raleigh, la capital del estado.
“Aquí tenemos el (programa) 287g, que es una alianza entre autoridades locales y la agencia federal de deportaciones”, aseveró Williams.
En Carolina del Norte hay 240.000 indocumentados que requieren una identificación ante la policía y las autoridades locales y estatales.
La legislación HB 318 fue aprobada en las dos cámaras legislativas del estado y está pendiente de la firma del gobernador republicano McCrory, que tiene hasta el 30 de octubre.
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