Cómo tomó Trump la decisión de matar a Suleimani

WASHINGTON — Cuando el equipo de seguridad nacional del presidente Trump llegó a su resort Mar-a-Lago en Florida el lunes (30 de diciemmbre de 2019), no esperaban que aprobara una operación dirigida a matar al general Qassem Suleimani.

El secretario de Estado Michael R. Pompeo, el secretario de Defensa Mark Esper y el general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, fueron a Palm Beach para informar a Trump sobre los ataques aéreos que el Pentágono acababa de llevar a cabo en Irak y Siria contra grupos de milicias chiitas respaldadas por Irán.

EEUU

¿Quién fue Qassem Suleimani y qué significa su muerte para Estados Unidos?

Un general iraní fue asesinado en Irak. ¿Por qué lo quería muerto Trump?

Ene. 5, 2020

Una diapositiva informativa mostró a Trump varios pasos que Estados Unidos podría tomar, entre ellos el asesinato de Suleimani, el jefe de la Fuerza Quds de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, según un alto funcionario estadounidense familiarizado con las discusiones.

Trump eligió esa opción, dijo el funcionario, y agregó que la decisión del presidente fue estimulada por especialistas en Irán que se encuentran entre sus asesores.

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The coffins of Gen. Qassem Suleimani and others who were killed in Iraq by a U.S. drone strike are carried on a truck surrounded by mourners Jan. 6 in Tehran.  (Ebrahim Noroozi / Associated Press)

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Mourners attend the funeral for Gen. Qassem Suleimani in Tehran.  (Associated Press)

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Former Iranian Revolutionary Guards Corps chief Mohamad Ali Jafari prays over Suleimani’s coffin.  (Handout)

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Enghelab Square in Tehran during the funeral procession for Suleimani and others killed in the U.S. airstrike.  (Associated Press)

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Ayatollah Ali Khamenei,, fourth from left, leads a prayer during the funeral.  (Associated Press)

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Iranian lawmakers chant anti-American and anti-Israeli slogans to protest against the U.S. killing of Iranian top general Qassem Suleimani, at the start of an open session of parliament in Tehran, Iran.  (Mohammad Hassanzadeh/Associated Press)

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Police estimated the funeral turnout in Tehran to be in the millions.  (Abedin Taherkenareh / EPA/Shutterstock)

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Mourners carry the coffin of slain Iraqi paramilitary chief Abu Mahdi Muhandis towards the Imam Ali Shrine in the shrine city of Najaf in central Iraq during a funeral procession.  (Haidar Hamdani / AFP/Getty Images)

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Equipment assigned to 1st Brigade Combat Team, 82nd Airborne Division is loaded into aircraft from Ft. Bragg, N.C.  (Zachary Vandyke / U.S. Department of Defense)

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Mourners carry the coffins of slain Iraqi paramilitary chief Abu Mahdi Muhandis, Iranian military commander Qassem Suleimani and eight others Jan. 4 in Najaf, Iraq.  (Haidar Hamdani / AFP/Getty Images)

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Anti-war activists march Jan. 4 from the White House to the Trump International Hotel in Washington.  (Andrew Caballero-Reynolds / AFP/Getty Images)

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Mourners carry the coffin of slain Iraqi paramilitary chief Abu Mahdi Muhandis in Najaf, Iraq.  (Haidar Hamdani / AFP/Getty Images)

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U.S. troops from the Army’s 82nd Airborne Division rest Jan. 4 at Ft. Bragg before deployment.   (Andrew Craft / Getty Images)

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Thousands march in Tehran after the death of Gen. Qassem Suleimani, head of the elite Quds Force, in a U.S. airstrike.  (Abedin Taherkenareh / EPA/Shutterstock)

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President Trump gives a statement from his Mar-a-Lago estate in Florida.  (Jim Watson / AFP/Getty Images)

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Iran’s Supreme Leader Ayatollah Ali Khamenei visits Suleimani’s family.  (AFP/Getty Images)

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Iranians burn a U.S. flag during a protest in Tehran to condemn Suleimani’s killing.  (Abedin Taherkenareh / EPA/Shutterstock)

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Suleimani in September 2018.  (Iranian Supreme Leader’s Office)

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Iraqi anti-government protesters celebrate in Baghdad’s Tahrir Square after hearing the news of the airstrike that killed Suleimani.  (AFP )

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The attack at Baghdad’s international airport also killed Abu Mahdi Muhandis, deputy commander of Iran-backed militias in Iraq known as the Popular Mobilization Forces, and six other people, according to Iraqi security officials.  (Handout)

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Protesters burn property in front of the U.S. Embassy compound in Baghdad on Tuesday.   (Khalid Mohammed / Associated Press)

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Iraqi protesters use a plumbing pipe to break the bulletproof glass of the U.S. Embassy’s windows.  (Ahmad al-Rubaye / AFP/Getty Images)

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Smoke rises behind protesters at the embassy.   (Khalid Mohammed / Associated Press)

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Protesters pry the U.S. Embassy plaque from the entrance of the compound.   (Ahmad al-Rubaye / AFP/Getty Images )

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Demonstrators scale a wall to reach the U.S. Embassy grounds in Baghdad.   (Ahmad al-Rubaye / AFP/Getty Images)

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Smoke pours from the embassy entrance.   (Ahmad al-Rubaye / AFP/Getty Images)

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A man waves an Iraqi national flag as he exits a burning room at the U.S. Embassy compound.   (AFP/Getty Images)

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Protesters wave militia flags during the embassy siege.   (Associated Press)

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A fire burns during the embassy protest.   (Khalid Mohammed / Associated Press)

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An Iraqi militia leader takes a selfie at a gate to the U.S. Embassy during the siege.   (Ahmad al-Rubaye / AFP/Getty Images )

El primer indicio de que era posible una acción adicional de EEUU llegó sólo minutos después del final de la reunión con Trump.

“En nuestro diálogo con el presidente, discutimos con él otras opciones disponibles”, dijo Esper a los periodistas. “Y quisiera señalar también que tomaremos medidas adicionales según sea necesario”.

Suleimani no fue mencionado públicamente como un posible objetivo. Pero detrás de bastidores, la decisión de Trump desencadenó un furioso esfuerzo del Pentágono, la CIA y otros para localizar al general iraní y establecer maniobras militares para matarlo.

Las agencias de inteligencia de EEUU, que habían estado rastreando a Suleimani durante años, sabían que estaba en un viaje extenso por el Medio Oriente que lo había llevado a El Líbano y Siria. Supieron que volaría de Damasco a Bagdad en cuestión de días.

Los funcionarios notaron que parecía inusualmente despreocupado por cubrir sus huellas. Viajaba de Siria a Bagdad en un vuelo que no era secreto, dijeron el viernes funcionarios iraníes, aparentemente para reunirse con funcionarios iraquíes.

Pero los funcionarios estadounidenses afirmaron el viernes que el viaje de Suleimani tenía un propósito más nefasto: se encontraba en las etapas finales de la planificación de ataques importantes contra instalaciones estadounidenses en varios países de Medio Oriente, dijeron.

“Iba personalmente a algunos lugares para obtener la autoridad de planificación final de lo que consideramos algo importante”, dijeron los funcionarios.

Ya había sido vinculado a un ataque con cohete el 27 de diciembre que mató a un contratista militar estadounidense cerca de Kirkuk, Irak. En los días previos a la llegada de Suleimani a Bagdad, los funcionarios estadounidenses lo culparon de organizar violentas protestas en el complejo de la Embajada de Estados Unidos en Bagdad.

Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo que los nuevos datos de inteligencia indicaron que Suleimani estaba planeando ataques contra diplomáticos de EE.UU, personal militar e instalaciones que albergan a estadounidenses en el Líbano, Siria e Irak.

“Hubo consenso en el gabinete de seguridad nacional del presidente de que el riesgo de no hacer nada era inaceptable dada la inteligencia y la eficacia de Suleimani”, dijo el funcionario.

Cuando Suleimani llegó a Bagdad el jueves, un avión no tripulado estadounidense y otros aviones militares volaban cerca del aeropuerto internacional de Bagdad.

Suleimani y varios miembros de un ejército pro iraní se subieron a dos vehículos y viajaban en la carretera del aeropuerto hacia el centro de Bagdad cuando los misiles disparados desde el avión no tripulado lo impactaron.

Ambos vehículos quedaron envueltos en llamas.

Según funcionarios iraquíes, los rescatistas identificaron el cuerpo de Suleimani entre las víctimas por el anillo rojo sangre que siempre usó y que todavía estaba sujeto a su mano izquierda cubierta de cenizas.

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