Para Fred Goldman, O.J. Simpson es ‘un sociópata, un mentiroso narcisista, un asesino, un delincuente, un secuestrador, un ladrón’

Jul. 24, 2017 6:34 PM PT

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La semana pasada, O.J. Simpson afirmó ante una junta de libertad condicional de Nevada que ha llevado “una vida sin conflictos”.

La declaración despertó la indignación de muchos, entre ellos el padre de Ron Goldman, por cuya muerte Simpson fue exculpado, al igual que por la de su esposa, Nicole Brown Simpson. “Una vida libre de conflictos”, ironizó Fred Goldman este sábado. “Esto es lo que él es: un sociópata, un mentiroso narcisista, un asesino, un delincuente, un secuestrador, un ladrón. La lista continúa”.

En 1989 tuvo un cargo por golpear a su esposa, que Simpson no refutó; más tarde una riña de tránsito por la cual fue absuelto en 2001 y una citación por desacato, en 2008, que lo dejó en prisión por cinco días.

O.J. Simpson obtuvo su libertad condicional después de nueve años en prisión, por un robo y secuestro en Las Vegas que ocurrió en 2007 (Ethan Miller / Associated Press).

También estuvo, por supuesto, la matanza de Simpson y Ronald Goldman, en 1994. Absuelto por un jurado penal en 1995, el héroe del fútbol americano y estrella de Hollywood fue hallado responsable por los asesinatos en un juicio civil realizado dos años después, y se le ordenó pagar a las familias de las víctimas $33.5 millones de dólares.

“Que él piense que ha llevado una vida libre de conflictos muestra ese delirio que evidenció a lo largo de su carrera”, afirmó el veterano publicista de Hollywood Michael Levine, especialista en manejo de crisis.

En el caso de agresión contra su esposa, Simpson fue acusado de atacar a Nicole Brown Simpson el día de Año Nuevo de 1989, cuando además le dijo agresivamente a la policía que se había tratado “de un asunto de familia”. Después, temiendo ser arrestado, huyó en su Rolls-Royce, según las autoridades.

Los oficiales informaron que llegaron a la casa de Simpson en Los Ángeles, antes del amanecer, y la hallaron gritando “¡Él me va a matar!”. La mujer tenía un corte en un labio, un ojo y una mejilla hinchados y ennegrecidos, y una huella resultaba aún visible en su cuello.

La mujer llamó al 911 nuevamente ocho meses antes de ser asesinada, para informar que Simpson había roto una puerta para ingresar a su casa y amenazaba con golpearla. La voz de Simpson, enojado, podía escucharse de fondo.

Cuando el exdeportista, ahora de 70 años de edad, declaró ante la junta de libertad condicional el pasado jueves, “Básicamente he tenido una vida libre de conflictos”, el comentario encendió las redes sociales con burla e incredulidad.

Desde luego, todos los conflictos ocurrieron antes de que Simpson tuviera nueve años en prisión para comprender que no está por encima del peso de la ley. ¿Lo recordará después de octubre, cuando quede libre?

“Supongo que algo del mensaje ha llegado a él; una cierta disuasión para tomar en serio el sistema de justicia penal”, expuso la profesora Laurie Levenson, de la Facultad de Derecho de Loyola. “Pero permanecer en la buena senda es difícil para cualquier persona que sale de prisión”, agregó la mujer, exfiscal federal. “Para O.J., quien tendrá una enorme cantidad de proyección pública, esto podría ser particularmente complicado”. Apenas cometa un error, advirtió la experta, habrá un batallón de personas listas para captarlo en video con sus celulares, y podría terminar en la cárcel de vuelta.

Algunas de las cuestiones más valiosas que aprendió en prisión, afirmó Simpson durante su audiencia de libertad condicional, ocurrieron durante su clase de “Alternativa a la violencia”, donde le enseñaron “cómo hablar con la gente, en vez de pelear”.

Eso, aparentemente, habría sido útil cuando se involucró en una disputa furiosa, en Florida, con un conductor que lo acusó de intentar arrebatarle las gafas de su cara. Simpson lo negó y testificó que sus huellas digitales debieron haberse impreso cuando accidentalmente chocó contra el hombre, mientras ambos se gritaban.

En 2002 estuvo a punto de ser encarcelado cuando se declaró inocente por acelerar su embarcación en una de las zonas protegidas para manatíes, en Florida, y luego no se presentó en la corte. Cuando el juez emitió una orden de arresto, Simpson pagó la multa.

En 2008 no le fue tan bien cuando le envió un mensaje odioso y cargado de insultos a uno de sus codemandados por el robo en un hotel, luego de que una jueza específicamente le ordenara no contactarlos. La magistrada lo encarceló por cinco días, hasta que él prometió no volver a hacerlo.

Todo este tiempo, Simpson argumentó acerca de ese hecho -y lo reiteró el jueves- que sólo había intentado recuperar algunos de sus recuerdos, cuando él y otras cinco personas irrumpieron en esa habitación de hotel en Las Vegas, en 2007, y robaron a dos comerciantes de recuerdos deportivos.

Levine, el publicista experto en crisis, señaló que su mejor consejo para Simpson es que lleve una vida en privado cuando salga de prisión, y que si alguien lo incita a una discusión, que ponga la otra mejilla. “Si no lo hace”, afirmó, “está a horas de volver a fabricar matrículas”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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