Anuncio

‘Furious 7’: una despedida a lo grande

El 30 de noviembre, cuando se dio a conocer que Paul Walker había fallecido a consecuencia de un accidente de alta velocidad en Santa Clarita, sus innumerables fans alrededor del mundo quedaron desolados. Pero, para ser sinceros, no lo hicieron necesariamente porque el oriundo de Glendale fuera un gran actor ni un artista de innegable carisma, sino por la popularidad que había ganado ya por su permanencia de 12 años en la saga de “Fast & Furious”.

Más allá de comprensibles cuestiones sentimentales, la muerte de Walker preocupó en cuanto a la continuidad de la serie, porque, al lado de Vin Diesel, él era uno de los protagonistas esenciales de estas películas distinguidas por sus persecuciones automovilísticas alocadas, que han recaudado hasta el momento más de $2 billones. Cuando se dio el accidente, el actor sólo había filmado la mitad del material que le correspondía.

De ese modo, el proceso de desarrollo de la cinta tuvo que extenderse mucho más de lo adecuado, ya que no se quería simplemente eliminar la participación de Walker, sino aprovechar lo que se había logrado de ella y darle una salida decorosa tanto al personaje como al actor. Finalmente, se contrató no sólo a cuatro actores de físico semejante para completar las secuencias de pelea que faltaban, sino también a los dos hermanos de Paul, Caleb y Cody, para obtener los planos más cercanos que se requerían.

Anuncio

En ese sentido, lo más interesante de “Furious 7”es el modo en que sus productores han logrado que Walker participe supuestamente con generosidad sin que los trucos empleados para ello resulten demasiado evidentes, así como el cuidado que han puesto en darle una despedida que no resulte del todo brusca ni mucho menos aparatosa, para evitar cualquier alusión a la circunstancia que lo llevó a la tumba.

Claro que esto es lo único medianamente discreto de “F7”, una cinta absolutamente ruidosa y cargada en el plano visual que no va a ganarle nuevos adeptos a la saga, pero que, aparte del tributo a la estrella caída, le dará sin duda en la yema del gusto a todos los que gustan ya de esta clase de producciones y no sientan dolor de cabeza cuando hay demasiado movimiento.

En realidad, nos encontramos ante la entrega más espectacular de una serie a la que le ha ido mejor cuando se ha mostrado más excesiva, en el sentido de que su desapego a la realidad permite la implementación de secuencias que son tan entretenidas como excitantes, siempre y cuando se coloquen en manos de los realizadores adecuados.

Por suerte, James Wan (“Saw”, “Insidious”, “The Conjuring”) fue el elegido para ocupar el puesto de director, y con esto, el cineasta australiano de ascendencia asiática demuestra claramente que no tiene únicamente talento para los filmes de terror, sino que está perfectamente capacitado para comandar proyectos de acción de enorme envergadura.

Y si lo que buscas es acción, “F7” te la brindará a raudales, hasta un punto que para nosotros resulta excesivo, sobre todo porque esto dura cerca de 2 horas y media, pero que alcanza a veces cumbres que no recordamos haber apreciado antes en una pantalla grande. Pese a la aparente irracionalidad de mucho de lo que se ve, no cabe duda de que cada toma fue meticulosamente planeada, lo que tiene como resultado que el asunto se pueda disfrutar de modo razonable, a diferencia de lo que ocurre con otras megaproducciones del género.

Pese a que “Fast 5” sigue siendo nuestra entrega favorita, no cabe duda de que ésta lleva las cosas al límite en relación a los desafíos visuales; no queremos adelantar demasiados detalles para no arruinar las sorpresas, pero algunas de las situaciones más deslumbrantes incluyen un choque frontal, un autobús a punto de caer de un cerro (el mejor momento de Walker) y un salto imposible pero emocionante entre dos edificios de los Emiratos Árabes Unidos.

Como ya es habitual en esta saga, el plano de la historia no es precisamente el más elaborado, aunque sigue perfectamente la línea narrativa dejada por “Fast & Furious 6” al mostrar a sus protagonistas asediados por un nuevo villano, Deckard Shaw, el hermano del otro villano que ellos mismos eliminaron en la cinta pasada.

El hecho de que Deckard sea interpretado por el gran Jason Statham hace toda la diferencia del mundo, porque además de ser conocido por hacer sus propias escenas de pelea, el actor británico que ha participado en títulos como “The Transporter” y “The Expendables” tiene un aspecto físico que resulta intimidante incluso antes de que abra la boca; y verlo aquí enfrentado en más de una ocasión con Vin Diesel, tanto a bordo de los coches como cara a cara y a puño pelado, es no sólo uno de los mejores aportes del filme, sino también uno que debería ser celebrado por cualquier amante del cine.

Además de Vin Diesel y del acto final de Walker, regresan Michelle Rodríguez, Jordana Brewster, Tyrese Gibson, Ludacris y Elsa Pataky, y hay varios recién llegados, como el cantante de bachata Romeo Santos y la peleadora de artes marciales mixtas Ronda Rousey, quienes pasan bastante desapercibidos debido a la brevedad de sus intervenciones. Le va mucho mejor al veterano Kurt Russell, a quien se le ofrece un papel digno de su reputación.

A estas alturas, la serie de “Fast and Furious” ha alcanzado una fama tan grande que, como se dice popularmente, “se vende sola”, por lo que no necesita de grandes campañas promocionales para difundirse. Pero no podemos terminar esta nota sin manifestar nuestro descontento ante la actitud tomada por su estudio productor al no haber invitado a la prensa latina a ningún tipo de actividad en la que se pudiera realmente hablar con los actores y el equipo de realización de la cinta. Eso sí es algo que puede poner a cualquiera furioso.

Anuncio