Trump tratará de acercar a Israel y Palestina a la paz en su próxima visita
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Jerusalén — La visita del presidente de EEUU, Donald Trump, a Israel y Palestina los próximos 22 y 23 de mayo ha generado expectación sobre su impacto en el estancado proceso de paz y ha llevado a ambas partes a tratar estos días la posibilidad de intercambiar gestos de buena voluntad.
Cuando quedan cuatro días para el viaje oficial, funcionarios estadounidenses se reúnen con las partes para, además de ultimar los preparativos, negociar concesiones que ambas puedan ofrecer para mejorar el clima y que pueda producirse un acercamiento, informó hoy el diario Yediot Aharonot.
Mañana llegará a la región el enviado especial del presidente, Jason Greenblatt, para ultimar la visita y tratar de arrancar a las partes gestos recíprocos de buena voluntad.
Recientemente Greenblatt se reunió en Bruselas con el ministro israelí de Cooperación Regional, Tzahi Hanegbi, y con el titular de Finanzas palestino, Shukri Bishara, para tratar de impulsar un acercamiento.
Bishara se entrevistó con su homólogo israelí, Moshe Kahlon, para concluir detalles de algún tipo de gesto entre las partes.
Una de las medidas sería, según el Yediot, la ampliación a 24 horas de la apertura del cruce fronterizo de Allenby (hasta ahora abierto entre 7 y 16 horas al día), que controla Israel, comunica Cisjordania con Jordania y que a menudo los palestinos (sus principales usuarios) tardan horas en cruzar.
El próximo domingo, se espera que el Gabinete de Ministros israelí debata en su reunión semanal otras decisiones para aliviar la situación de los palestinos en los territorios ocupados.
La Administración estadounidense mantiene cautela y no ha desvelado ninguna iniciativa concreta de Trump para impulsar el diálogo, aunque en un primer momento se llegó a especular con una posible reunión tripartita de este con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abás.
Pese a que la reunión tripartita está ya descartada y no se han difundido propuestas concretas, Trump ha reiterado en varias ocasiones su disposición a implicarse en la búsqueda de una solución por lo que se espera que de algún paso en ese sentido.
Cuando menos, instará a unos y a otros a hacer concesiones que puedan generar un clima propicio para el reinicio de negociaciones, estancadas desde hace tres años y que no han conseguido resultados finales en más de dos décadas.
Por su parte, Estados Unidos ha descartado de momento trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, algo que podría obstaculizar o imposibilitar el proceso de paz.
El avión que traslada a Trump aterrizará en el aeropuerto de Ben Gurión (cerca de Tel Aviv) a media mañana del 22 y desde allí se desplazará en helicóptero a Jerusalén, donde mantendrá en primer lugar un encuentro con su homólogo israelí, Reuvén Rivlin, antes de trasladarse al Museo del Holocausto (Yad Vashem) para una visita protocolaria.
Tras hacer una ofrenda de flores en recuerdo de las víctimas del Holocausto, Trump pronunciará un discurso en el Museo de Israel, antes de cenar con Netanyahu y su esposa.
Al día siguiente hará una visita privada a la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde acudirá al Muro de las Lamentaciones y al Santo Sepulcro, para luego desplazarse a la ciudad cisjordana de Belén, donde se reunirá con Abás.
Pese al posible impulso de un proceso de reconciliación que sugiere su llegada, los sectores más derechistas en Israel van en otra dirección y tratan de empujar al gobierno a que aproveche el mandato de Trump y su declarado apoyo al país para anexionarse Cisjordania, ocupada -junto con la parte oriental de Jerusalén- en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Haim Katz, jefe del Comité Central del Likud (el partido de Netanyahu), ha anunciado que convocará en un mes a ese órgano para debatir una propuesta de ley para “anexionar Judea y Samaria (nombres bíblicos para Cisjordania) y aplicar allí la soberanía israelí”.
La oficina de Rivlin informó hoy de que en la residencia oficial se afanan por ultimar los preparativos para la recepción oficial.
El Ministerio israelí de Defensa, por su parte, está construyendo un complejo de seguridad en el aeropuerto Internacional de Ben Gurión para alojar a cientos de funcionarios, cargos relevantes y los cerca de 300 periodistas que cubrirán la llegada del presidente estadounidense.
Se espera también que estén operativos más de 10.000 agentes de la Policía en Jerusalén durante las poco más de 24 horas de la estancia de Trump, a quien acompañarán su esposa Melania, su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner.
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