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La basura crea una obstrucción masiva de agua de tormenta en Tijuana, y arreglarla podría significar un desastre para San Diego

Las fuertes lluvias han arrastrado basura por el Cañón del Matadero de Tijuana, cerca del muro fronterizo estadounidense. El lunes por la tarde la ciudad trabajó junto con agencias estatales y federales para limpiar los escombros y así poder reabrir un desagüe pluvial obstruido.
(Sandra Dibble / The San Diego Union-Tribune)

Las autoridades temen que una porción del Valle del Río Tijuana pueda inundarse con una oleada de aguas pluviales contaminadas cuando se despeje el atasco

Empezó con las fuertes lluvias del mes pasado que trajeron un volumen sin precedentes de escombros que cayeron por el Cañón del Matadero de Tijuana: colchones viejos, muebles usados, material de construcción desechado. Eso llevó a una obstrucción del desagüe pluvial junto al muro fronterizo, dijeron las autoridades, y a la inundación de una estación de bombeo de aguas residuales cercana.

La piscina resultante de basura y agua contaminada con aguas residuales ha estado levantando temores en San Diego.

“Nos preocupa que cuando desbloqueen el desagüe pluvial, toda esa agua vaya a llegar al Smuggler’s Gulch (barranco de los contrabandistas)”, dijo David Gibson, jefe de la Junta Regional de Control de Calidad del Agua de San Diego.

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Mientras que los equipos en México trabajan para limpiar la obstrucción pútrida, las autoridades en los Estados Unidos se han estado preparando para una repentina oleada de agua contaminada y basura en las tierras bajas cerca de Monument Road y Hollister Street.

El jueves por la noche, las autoridades prohibieron el tráfico a lo largo de Monument Road como medida de precaución, dijo Anthony Santacroce, un portavoz de la ciudad. La Patrulla Fronteriza, la policía, los bomberos y los socorristas han sido puestos sobre aviso. La carretera fue abierta al tráfico el viernes.

Hay una larga historia de aguas residuales contaminadas que cruzan desde Tijuana y periódicamente cierran playas en el sur del condado de San Diego.

Pero las fuertes lluvias del mes pasado han servido también para poner de relieve los problemas causados por los desechos sólidos vertidos ilegalmente en los cañones de Tijuana que se arrastran río abajo y que corren el riesgo de acabar en el Estuario de Tijuana, un humedal protegido por el gobierno federal.

Las autoridades de Baja California han contabilizado 366 vertederos clandestinos de basura en Tijuana. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha calculado que el 15 por ciento de la basura que se produce en Tijuana no se recoge. A pesar de las limpiezas periódicas de los cañones de Tijuana y las advertencias contra los vertederos, la práctica continúa.

“Es difícil de controlar, lo hacen de noche, en momentos en que no estamos vigilando, y este es el resultado”, dijo Francisco Moreno Escalante, subdirector de la Secretaría de Desarrollo Urbano de la ciudad.

El tema de la contaminación transfronteriza ha sido una preocupación creciente en los últimos años en el sur del condado de San Diego. Ha sido objeto de demandas contra el gobierno federal estadounidense por parte de las ciudades de San Diego, Imperial Beach, Chula Vista, así como el Puerto de San Diego y la Junta Regional de Control de Calidad del Agua de San Diego.

La creciente acumulación de basura y agua contaminada al pie del Cañón del Matadero, estimada en más de 300 mil metros cúbicos, está poniendo el asunto a la vista, ya que se encuentra justo al lado de la concurrida autopista internacional que es paralela al extremo occidental de la frontera - y a solo un tercio de milla del muro fronterizo de los Estados Unidos.

A medida que las lluvias han disminuido, las autoridades municipales, estatales y federales de México unieron sus fuerzas la semana pasada para retirar la basura y reabrir el desagüe pluvial. Los ingenieros dijeron que nunca habían visto un problema de esta magnitud en el Cañón del Matadero, uno de los más grandes de los 400 cañones de Tijuana que desembocan en el Canal del Río Tijuana.

“Debido a que la lluvia fue tan fuerte, y hay más gente viviendo en los canales y lechos de los arroyos, estamos viendo problemas más grandes”, dijo José Luis Rosas, el director de protección civil de la ciudad, al analizar el lanzamiento de los esfuerzos de limpieza el lunes. Antes de las lluvias, los trabajadores desalojaron a las personas que se encontraban viviendo en el desagüe del cañón, dijo.

Los aguaceros también arrastraron grandes cantidades de desechos sólidos que terminaron en la playa de Playas de Tijuana. Anna Lucia Lopez Avedoy, una activista ambiental de Tijuana, dijo que los voluntarios que participaron en la limpieza de la playa el día de Año Nuevo encontraron varios artículos grandes, incluyendo un colchón, una caja de motor y varias bolsas negras llenas de basura.

El mes pasado, la ciudad comenzó a enviar camiones para recoger artículos pesados como estufas, muebles, colchones, sofás - artículos que no se recogen durante el servicio de recolección regular. Pero la ciudad tiene un presupuesto limitado para tales esfuerzos, y a menos que los residentes se abstengan de tirar la basura, es probable que el problema continúe.

Una medida que puede comenzar a reducir la disposición de residuos sólidos es un programa municipal de reciclaje, dijo Manuel Rodríguez Monarrez, director de planificación y política de la Secretaría de Protección Ambiental de Baja California. Pero los contratos existentes y el poder de los sindicatos dificultan el cambio. “Es una cuestión de voluntad política, una que requerirá sacrificios, enfoque y medidas contra la corrupción”.

El tema de los flujos transfronterizos está bajo un nuevo escrutinio esta semana, menos de un mes después de que un tratado comercial recientemente aprobado con Estados Unidos, México y Canadá comprometiera al gobierno federal estadounidense a proporcionar 300 millones de dólares en proyectos de infraestructura para abordar la contaminación en la frontera entre Estados Unidos y México. El acuerdo no estipulaba dónde se gastarían los fondos.

Pero a finales de este mes, se espera que un grupo binacional compuesto por representantes de los sectores sin fines de lucro, académico, público y privado busque soluciones para la cuenca del río Tijuana. El grupo se formó bajo el Acta 320, un acuerdo firmado en 2015 por Estados Unidos y México para abordar los problemas de contaminación y sedimentos en la cuenca del valle del río Tijuana.

“No se va a atender el efecto hasta que se atienda el problema”, dijo Carlos de la Parra, investigador del Colegio de la Frontera Norte de Tijuana, quien será el secretario técnico del nuevo comité. “A menos que Tijuana esté más limpia, libre de derrames de aguas negras, no va a suceder en Imperial Beach, porque desafortunadamente están río abajo de Tijuana”.

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