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¿Qué pasa con las transferencias de jugadores de futbol americano en Calabasas High School?

En el 2013 Calabasas High School contrató al ex quarterback de la Universidad de Tenesse, Casey Clausen para encabezar su programa de futbol. Desde entonces las transferencias han aumentado.

En el 2013 Calabasas High School contrató al ex quarterback de la Universidad de Tenesse, Casey Clausen para encabezar su programa de futbol. Desde entonces las transferencias han aumentado.

(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Calabasas High School no ha llegado a los playoffs en más de una década. Hace dos años no ganaron ni un solo juego. Pero en diciembre del 2013 todo comenzó a cambiar para los Coyotes, después de que la preparatoria contrató a un nuevo entrenador- el ex quarterback de la Universidad de Tennesse, Casey Clausen.

Desde que Clausen llegó a la escuela ubicada en una de las áreas con más poder adquisitivo en el estado, se ha visto un incremento en el número de jugadores de futbol americano que se han transferido de todo el sur de California.

Los movimientos están aumentando las preguntas entre los entrenadores y entre otras personas sobre cómo un programa ha acumulado el talento de primera que los cazatalentos universitarios codician.

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Nuevos y fuertes jugadores han venido desde comunidades como Compton, Long Beach, Malibu y Torrance. Entre ellos Keyshawn Johnson Jr. Y Darnay Holmes, ambos grandes atletas e hijos de ex jugadores de la NFL.

Cerca de 30 jugadores de futbol se transfirieron en los últimos dos años, aunque no todos jugaron, de acuerdo a la California Interscholastic Federation Southern Section, que regula los deportes de preparatoria en el área. La organización le preguntó al Distrito Escolar Unificado de Las Vírgenes que revisara la mitad de las transferencias para asegurarse de que los nuevos estudiantes atletas son elegibles.

En las últimas semanas, los administradores comenzaron a visitar las casas de los jugadores de futbol que fueron transferidos a Calabasas. Ellos entrevistaron a los padres de familia y a los estudiantes sobre sus movimientos, en dónde vivían antes y sobre cualquier contacto que hubieran tenido con los entrenadores antes de que decidieran transferirse.

En base a la revisión, algunos estudiantes participaron en el juego de apertura. Otros esperarán un mes para cumplir con las reglas que rigen las transferencias.

“Cuando el número de transferencias es tan alto, se tienen que vigilar con cuidado”, dijo el superintendente de Las Vírgenes Dan Stepenosky. “Es muy emocionante la energía que se vive, pero tienes que seguir las reglas”.

Un equipo de futbol ganador logra más que impulsar el espíritu de la escuela.

Logrando la atención de los programas de futbol de los principales colegios es una apuesta de riesgo y puede ser más fácil cuando un jugador es parte de un equipo exitoso cargado de prospectos.

Pero los equipos pueden enfrentar sanciones, incluyendo la suspensión de juegos, si un jugador no es elegible porque las reglas que regulan las transferencias no se han seguido; el ser transferido a una escuela por razones atléticas, prohíbe el reclutamiento de un atleta estudiante entre escuelas y explica qué tan rápido un estudiante nuevo puede jugar en el campus.

Asegurarse de que las escuelas se adhieran a las reglas es importante dijo Tim Kanney, entrenador principal en Oak Park High School, que compite con Calabasas.

Las escuelas generalmente son su propia policía e imponen sus propias sanciones si encuentran una violación, dijo Thom Simmons, vocero de la California Interscholastic Federation Southern Section.

“Es una organización que hace sus propias pólizas al 100%”, dijo Simmons. “Nosotros no somos el NCAA. Aquí nosotros no tenemos una oficina de investigación, ni hay un equipo de abogados”.

Clausen dijo que le daba la bienvenida a la revisión. Dijo que los entrenadores en su programa habían seguido las reglas y que los estudiantes están interesados en asistir a escuelas públicas que han construido sólidos programas académicos y atléticos.

El dijo que su programa de futbol se mantenía por sus entrenadores, - la mitad de ellos habían jugado en la NFL, incluido su hermano- han cultivado relaciones que ayudan a los estudiantes a entrar al colegio incluso si no quieren continuar jugando futbol.

“Éste es un programa que está creciendo y mejorando, y lo estamos haciendo con los jóvenes correctos en la forma correcta”, dijo Clausen, a quien se le paga un estipendio de $3,500 por temporada. El no recibe ningún pago adicional, de acuerdo a los directivos de la escuela. Pero algunos entrenadores dijeron que el número de transferencias en Calabasas han levantado banderas rojas.

El entrenador de Augora High School, Charlie Wegher dijo que su equipo tiene por lo menos dos transferencias este año. Otros entrenadores como Kenney en Oak Park, dijo que tenían jugadores nuevos a manos llenas, es muy raro que las transferencias alcancen los dos dígitos.

“El número de transferencias que tienen no tiene precedentes”, dijo Wegher. “Nunca escuche algo como esto, en un periodo de dos años. Obviamente cuando tienes una gran afluencia de jugadores en una escuela rival como esa, es preocupante”.

Uno de los primeros estudiantes en ser transferido a Calabasas en los últimos dos años fue el quaterback Tristan Gebbia, quien iba a Oaks Christian, una escuela privada donde Clausen fue un asistente de entrenamiento. De acuerdo a las reglas de elegibilidad, jugadores que siguen a sus entrenadores no pueden jugar durante un año. Gebbia se cambio a Calabasas una semana antes de que Clausen fuera contratado de acuerdo a los registros de la Southern Section.

Keyshawn Johnson Jr. creció en el área de Calabasas, pero su familia se mudo a Mission Viejo, cuando él era un estudiante del noveno grado en la preparatoria. Durante una entrevista en una práctica reciente, dijo que él tenía problemas con algunos de los entrenadores y estudiantes de Mission Viejo. Pero esa no fue la razón por la cual su familia lo regresó a Calabasas en menos de un año. Dijo que sus padres decidieron regresarse a Calabasas porque a su papá no le gustaba vivir en Orange County.

“Volví porque mi familia quería regresar, ellos tenían sus propias razones, y eso estuvo bien conmigo, porque yo tenía muchos problemas con los jugadores”, dijo el joven de 17 años.

Con jugadores que incluyeron Gebbia y Johnson, el año pasado el equipo ganó 6 de 6 juegos. Fue el respiro de vida que la directora de Calabasas C.J Foss dijo estaba esperando cuando contrató a Clausen para dirigir el programa de futbol.

“Yo quiero buenos programas para jóvenes”, dijo Foss, “yo quiero un programa, en especial para futbol, en donde los jóvenes sienten que van a salir al campo a ganar. No sintieron eso por mucho tiempo”.

z[email protected]

Twitter: @zahiratorres

El escritor del Times Eric Sondheimer contribuyó a esta historia.


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