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Cinco temas para destacar de la segunda noche de la Convención Nacional Republicana

La primera dama Melania Trump se dirige a la Convención Nacional Republicana desde el jardín de la Casa Blanca.
(Brendan Smialowski / AFP-Getty Images)

¡En vivo, desde el jardín de rosas de la Casa Blanca directo para la Convención Nacional Republicana!

No es el típico telón de fondo de una campaña presidencial.

Sin embargo, para un titular que no sólo rompe las costumbres, sino que las destruye hasta convertirlas en polvo, no es de extrañar que esta convención poco convencional se aleje de la tradición y de las normas políticas habituales.

El presidente Trump, el empresario en jefe de la nación, prometió lo inesperado. Tal vez la mayor sorpresa, sin embargo, es lo ordinaria que ha parecido esta convención - discursos de éxitos y errores, videos, muchas banderas y música marcial - excepto por este controvertido escenario.

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Aquí hay cinco temas para destacar de la segunda noche de la convención republicana.

El momento de Melania Trump

Cuando la primera dama Melania Trump se acercó a un atril que llevaba el sello presidencial, estaba asumiendo un papel tradicional como ayudante política y testigo de carácter en favor de su cónyuge.

“En mi marido tienen un presidente que no dejará de luchar por ustedes y sus familias”, dijo. “Veo lo duro que trabaja cada día y cada noche. Y a pesar de los ataques sin precedentes de los medios de comunicación y la oposición, no se rendirá”, dijo.

Fue un raro discurso político de la primera dama, que sonó con notas que rara vez se han escuchado durante la convención.

Ofreció sus condolencias a los que han perdido a un ser querido por la pandemia de COVID-19. “Mis oraciones están con aquellos que están enfermos o sufriendo”, manifestó. “Quiero que sepan que no están solos”.

También mostró más empatía que su marido -y la mayoría de los oradores- con quienes se manifiestan contra el racismo en el país.

“Es una dura realidad saber que no estamos orgullosos de partes de nuestra historia”, dijo. “Animo a la gente a centrarse en nuestro futuro mientras aprenden de nuestro pasado. Debemos recordar que hoy en día somos una comunidad compuesta por muchas razas, religiones y etnias”.

Lo que hizo que el momento destacara no fueron tanto sus palabras sino su aparición en la Casa Blanca y su descarado uso como parte de la campaña. (Trump, que participó junto a una pequeña audiencia sin mascarilla en el Jardín de Rosas, tiene la intención de dar su discurso de aceptación el jueves por la noche ante un grupo de invitados en el Jardín Sur).

Hace cuatro años, se descubrió que Melania Trump había plagiado su discurso de convención de uno que Michelle Obama pronunció en 2008. Esta vez, un asesor dijo que ella escribió cada palabra de su discurso de casi media hora.

¡Shalom!

Mientras que los discursos de la primera dama son una parte bastante tradicional del programa oficial, una comparecencia del secretario de Estado no lo es. La política exterior supuestamente trasciende la política.

Eso, sin embargo, no impidió que Michael R. Pompeo interviniera durante una visita oficial del Departamento de Estado a Israel y diera un discurso partidista.

En una aparición registrada ante un cielo nocturno en Jerusalén, se hizo eco de los ataques de Trump culpando a China de la propagación del coronavirus, que ha matado a casi 180.000 estadounidenses, ha hecho caer la economía y ha puesto en grave peligro la reelección del presidente. Alabó las propuestas del primer mandatario hacia Corea del Norte y los esfuerzos - hasta ahora infructuosos - para llevar la paz a Oriente Medio.

“Cumpliendo con su deber de mantenernos seguros y nuestras libertades intactas, este presidente ha liderado iniciativas audaces en casi todos los rincones del mundo”, dijo Pompeo.

No fueron los cuatro minutos de programación más sorprendentes o brillantes, pero provocó una investigación de la Cámara de Representantes sobre si Pompeo violó las leyes federales de ética, la última de una larga lista de investigaciones del Congreso que, en los últimos cuatro años, se han convertido en parte de una controversia permanente.
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Trump Inc.

Otra noche, en la que más ramas del árbol genealógico de Trump estuvieron presentes.

Dos de los hijos menos visibles del presidente, Eric y Tiffany, se turnaron en el atril antes de que la primera dama hablara, atacando al demócrata Joe Biden y reiterando algunas quejas familiares.

Eric Trump llamó al exvicepresidente “un político de carrera” y aseguró que es una persona “fácil de convencer por China”, que aumentará los impuestos, quitará las armas, socavará a la policía y “dará amnistía y atención médica a todos los inmigrantes indocumentados”.

Tiffany Trump atacó a los medios, por considerar que el presidente es su blanco favorito. “En lugar de permitir a los estadounidenses el derecho a formar sus propias creencias”, dijo, “este sistema de desinformación mantiene a la gente mentalmente esclavizada a las ideas que consideran correctas”.

Típicamente, la mayoría de los miembros de la familia son tratados en las convenciones políticas al estilo victoriano – es decir se les ve, pero no se les escucha. Ayudan a formar una escenografía al final, parados silenciosamente en el escenario cuando los globos caen. Por supuesto, en esta convención mayormente virtual no habrá globos.

La presidencia de Trump ha sido una empresa familiar como ninguna otra en los tiempos modernos, con su hija y su yerno sirviendo como asesores principales de la Casa Blanca. (Ambos están programados para hablar a finales de esta semana, junto con la esposa de Eric, Lara. Donald Jr., y su novia, Kimberly Guilfoyle, aparecieron el lunes por la noche).

Como hombre de negocios, Trump puso su nombre en casi todo lo imaginable: filetes, corbatas, vino, agua embotellada y condominios. No es de extrañar que su convención sirviera como otra oportunidad para fortalecer su marca, siempre al frente y en el centro.

Lo único que faltó fue un logo comercial y un número 800 para hacer pedidos.

Mensaje: Trump se preocupa

Por tradición, el partido que tiene en su poder a la Casa Blanca celebra su convención después del partido que busca derrotar al titular.

Eso da a los republicanos una ventaja ya que tienen la oportunidad de responder a Biden y al bombardeo demócrata al que sometieron al presidente.

La programación para lo que resta de la semana se puede resumir así: Reelijan a Trump o Estados Unidos se convertirá en un pozo lleno de cenizas que hará que el séptimo círculo del infierno parezca un día de diversión en la playa.

Pero hay otro punto que los republicanos buscaron hacer en la réplica directa.

Gran parte de la convención demócrata se dedicó a describir a Biden como una persona cuidadosa y empática, en contraste con su insensible rival. El Partido Republicano respondió con sus propias historias desgarradoras: Trump consolando a la familia de un niño muerto en un accidente de coche. Trump visitando a un congresista republicano hospitalizado al que le dispararon mientras jugaba softball. Trump, en calidad de empresario privado, ayudando a financiar una misión médica benéfica en Guatemala.

“Volé con él a la base de la Fuerza Aérea de Dover para honrar a dos soldados cuyos restos venían de Afganistán”, dijo el senador de Kentucky Rand Paul, un feroz rival de Trump cuando ambos se enfrentaron por la nominación republicana en 2016. “Nunca olvidaré esa noche. Puedo decir que el presidente no sólo sintió el dolor de estas familias, sino que se comprometió a terminar con esa guerra”.

Mira lo que hace...

Afrontémoslo. Donald Trump tiene toda la sutileza de un martillazo en la rodilla.

Para algunos, eso es parte de su atractivo. Su personalidad hace que el presidente sea la antítesis del estereotípico político que dice y hace lo que la gente quiere.

También hay muchos que se molestan por la conducta beligerante de Trump.

Y luego están los que se encuentran en el medio, que pueden avergonzarse de la forma en que habla y twitea, pero que celebran que haya recortado los impuestos y llenado el tribunal federal con jueces conservadores.

Para aquellos que pueden estar indecisos, la convención ha ofrecido uno de los mensajes más afinados, diciendo esencialmente, sí, Trump puede ser grosero y desagradable, pero aún así está bien votar por él en noviembre.

Por supuesto, dado el carácter irascible del presidente, nadie quiere salir y llamarlo grosero o desagradable, así que recurren a otras formas de describirlo. Es duro, es intenso, puede que no sea el mejor diplomático del mundo, pero hace las cosas.

“Ya sea que te guste o no, siempre sabes lo que está pensando”, dijo Melania Trump a su audiencia de Rose Garden y a millones de estadounidenses que la escuchaban en todo el país.

Puede ser un mensaje sutil, pero los republicanos esperan que llegue a los votantes.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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